Ha muerto a los 95 años el líder Surafricano Nelson Mandela.
Es verdad que normalmente nadie nace odiando a los demás por el color de su
piel, su nacionalidad, su religión, o su ateísmo. Ningún niño o niña piensa en
esas cosas (ni las entiende) en sus primeros años de vida.
Pero está claro que luego el racismo, el nacionalismo o el
fanatismo religioso, se impone y corrompe igual a personas, que a naciones o a
religiones. Es verdad que, por ejemplo, su propio país Sudáfrica sufrió un
"apartheid" de segregaciones y separaciones de derechos según razas,
pero también es verdad que ahora, en aras de una supuesta "igualdad"
de todos ante la ley, con los negros actualmente en el poder, el país es mucho
más corrupto y ahora quienes sufren el "racismo" y se sienten
excluidos son la propia minoría de blancos. Irónicamente existen estas
contradicciones, que también son reflejo de casi todos los países africanos
tras la descolonización, en la que las propias étnias, nacionalidades de origen
distintas, las tribus, las religiones, etc..., son causas de discriminaciones,
racismos, e incluso guerras civiles. De momento la África de las nuevas
naciones independientes parecen desarrollarse peor que cuando estaban bajo la
colonización de las naciones europeas.
Podríamos decir que la raza humana todavía no entiende de
"derechos humanos" (y quienes lo proponen, igualmente pueden acabar
corrompiendo el propósito, pues igual ha ocurrido que se comenten grandes
injusticias a nombre de los "derechos humanos").
Creo que todavía no hemos llegado a un suficiente grado de
civilización como para ser capaces de conseguir un mundo mejor y más justo.
Diría, incluso que es un ideal utópico, vistas cómo están las cosas en el mundo
hoy en día; pero como todo en la vida, todavía no hay que perder la esperanza
de que todo es mejorable, y en este sentido quiero decir que se agradece el
gesto y el ejemplo de Nelson Mandela en su lucha por los "derechos
humanos", habiendo aportado su grano de arena.
En realidad, pienso que para que el mundo mejore, tendría
que haber más "hombres buenos" y sabios, que suelen ser bastante
escasos, y menos "hombres malos" impregnados de ignorancia y de
envidia, que abundan por doquier.
Que en paz descanse el gran hombre.