Hoy leía en la prensa que las famosas zapatillas deportivas
de marca Adidas ya no las fabrican personas, sino máquinas programadas
(robots). Como podéis ver en la foto que he puesto arriba un robot está dando
forma a una de esas famosas zapatillas.
Cada vez la robótica va sustituyendo el trabajo
manufacturero de los humanos, para otorgar mayor beneficio a las empresas y
ahorrar cotizaciones, impuestos y sueldos sobre los trabajadores, y arrojando a
mayor número de personas al desempleo. Esto es algo que naturalmente no pinta
bien. Y además contrasta con que no hace poco el ex presidente socialista
Felipe González manifestaba que para hacer sostenible el actual sistema español
de pensiones, se hace necesario ir aumentando la edad de jubilación. En otras
palabras, si de los 65 años habíamos pasado a los 67 años, ahora se pretende
que la edad ordinaria de jubilación sea a los 70 años, y sin pensar que con el
paso de los años, la gente sufre un continuado y cada vez mayor deterioro
físico y mental que los incapacita para muchos trabajos y que de soportarlos
los deteriora aún mucho más. Estoy pensando en albañiles, camioneros, operarios
de fábricas en cadena, etc..., y todos los que ejercen trabajos sometidos a
altos niveles de esfuerzo y de stress, con lo cual en modo alguno es lo justo y
lo recomendable retrasar la edad de jubilación, cuando al mismo tiempo se da el
contraste de que la robótica y todas las nuevas tecnologías que acompañan lo
que hacen es reducir la mano de obra provocando mayores masas de desempleo, y
teniendo en cuenta además que aquí en España más del 50% de los menores de 30
años ni siquiera nunca han tenido un empleo en su vida.
Urge, pues, la necesidad de un nuevo y fuerte impuesto sobre
la robótica que compense y financie el desempleo que provoca, y al mismo tiempo
empezar a aplicar la concesión y gestión de la llamada "Renta Básica"
para que todos los ciudadanos dispongan de un mínimo de ingresos decentes con
los que poder vivir con un mínimo de dignidad, cosa que debería de convertirse
en un nuevo derecho constitucional atendiendo a los nuevos tiempos que nos toca
vivir y en los que entramos.
Todo porque las máquinas liberan al hombre del trabajo, cosa
que es muy loable, pero tiene que ser que al mismo tiempo esa liberación del
trabajo no signifique abocar a las personas a la pobreza y miseria que conlleva
el desempleo, con lo cual de la riqueza que producen las máquinas, hay que
buscar una fórmula justa y equilibrada para repartirla entre las empresas y el
Estado (que ha su vez a de repartirla de modo justo entre los ciudadanos), y
sin menoscabo del sistema de libertades, ya que las empresas siempre funcionan
y aportan más y mejor en un contexto de las máximas libertades económicas. Las
empresas necesitan la robótica para incorporar la última y más avanzada
tecnología con la que competir con el resto de las empresas del mundo, y el
Estado en su papel de protector de la ciudadanía ha de buscar nuevas fórmulas
más justas y equitativas con las que repartir la riqueza que produce una
economía cada vez más puntera y sofisticada.
Tema, pues, que debería estar en la mesa de decisiones
prioritarias de los políticos, pero que por lo que se ve, incluso lo tienen
completamente olvidado, y con la actual campaña electoral de esos días
desaprovechada. Y es que ya estamos en el siglo XXI, la era de las
telecomunicaciones y la robótica, que ha de revolucionar completamente la vida
de los seres humanos a por mejor (por lo menos así es teóricamente, aunque sólo
falta que también lo sea prácticamente).
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