Lo primero que haría es hacer realidad operativa una revolucionaria reforma fiscal: se acabó para siempre la opacidad en las cuentas del Estado. Todo ciudadano tiene derecho a saber cuántos impuestos han pagado cada español, y en qué se lo ha gastado el Estado. Las cuentas claras serian mi lema.
Me acuerdo que durante la etapa socialista de Felipe González, el entonces ministro de economía Miguel Boyer (el mismo que se había liado con la ex mujer de Julio Iglesias, Isabel Preysler) cuando se dirigía al parlamento español para solicitar la aprobación de los presupuestos del Estado, llevaba consigo varios gruesos libros de cuentas, que se hacia necesario cargarlos con una carretilla desde su coche oficial. Lo que no sé es si de verdad los padres de la patria se miraban con lupa esos gruesos tomos de las cuentas del Estado. Con el tiempo y el avance de la informática, hoy día todos los detalles de los presupuestos del Estado caben de sobras en un simple disquete DVD. Y parece mentira: en un simple y barato DVD de soporte plástico, están escritos todas las partidas presupuestarias, es decir, de dónde se saca el dinero, y adónde va a parar el dinero del erario público aprobado en el parlamento nacional.
Reformaría la Ley de Protección de Bases de Datos, para que el nombre de cada español figurara entre los datos del DVD, y quedara anotado todo lo que el contribuyente ha pagado en el año fiscal, y a qué destino ha ido a parar el dinero de los impuestos. Es decir, que cada gasto, cada partida, cada nómina de funcionario, cada fondo público, …ha de tener nombres y apellidos. Con ese DVD se podría saber, por ejemplo cuánto dinero ha pagado el camarero Juan Rodríguez en impuestos, y cuánto dinero ha recibido en concepto de nómina el funcionario Pedro Jiménez. Porque una cosa es que Jaime García, con su negocio de tienda de frutas, pague 9000 euros en concepto de impuestos, sin apenas recibir nada cambio, y la familia numerosa del inmigrante Mohamed, entre el nuevo crío nacido (2500 euros de regalo del Estado), el cheque de la Generalitat para menores de 3 años, las becas de comedor, libros, y de refuerzo especial, el autobús escolar gratis, aparte de los días de baja a cargo de la Seguridad Social, las numerosas asistencias a los CAP, y la ayuda al alquiler por tener menos de 30 años, entre otras ayudas públicas aparte de fuentes municipales, etc…. la familia del inmigrante se ha aprovechado del Erario Español por valor de unos 10000 euros, sin apenas contribuir en nada a la carga fiscal. ¿Es justo que unos paguen año tras año religiosamente sus impuestos, sin recibir apenas nada a cambio, y otros que apenas contribuyen con muy poco, y encima siendo extranjeros, se lleven un buen pellizco a costa de los impuestos del resto de los españoles?. Hay que terminar con todas estas discriminaciones, y con la opacidad que fomenta la corrupción y la picaresca. Considerando que los excesivos impuestos son siempre malos para un país, trataría de tomar medidas para ir bajando progresivamente y a ritmo acelerado los impuestos año tras año, de modo que nadie se aproveche del resto de los contribuyentes. Con ello, lo que trataría de hacer es sentar las bases para privatizar casi todos los servicios públicos, dejando muy poco margen para el Estado, porque de esta manera seria posible reducir muchísimos de los impuestos fijos hasta casi desaparecer. Los impuestos no deben de ser como una hipoteca cada año más cara para toda la vida, eso no seria un país libre. Quien quiera un médico, desee viajar en un tren, o necesite un maestro, que se lo pague libremente de su bolsillo,…..no el mal hábito de que el resto de los ciudadanos tengan que pagar por él , con la hipócrita excusa de la “solidaridad nacional”. Hay que terminar de una vez por todas con la cultura de vivir del cuento a costa de los demás, y de fomentar los valores de que para prosperar de verdad, antes hay que saber sudarse la camisa.
Aún reservando un mínimo de impuestos para los gastos básicos del Estado, los impuestos sobre el trabajo, los aboliría totalmente, pero si los recargaría sobre el lujo. No se debe de grabar a la persona que con su trabajo contribuye a hacer mover y producir la riqueza del país, pero si grabaría a quien, por ejemplo , se compra un coche de lujo, o una mansión grande. Incluso legalizaría y protegería en todos los aspectos la prostitución, por la buena fuente de contribuciones que puede suponer para el Estado. La prostitución es una actividad que mueve muchos miles de millones improductivos, pero que positivamente pueden hacer que el Estado se beneficie de aquellos cantamañanas que despilfarran libremente a su gusto el dinero en sus respetables caprichos. Habría un sistema laboral de protección a las prostitutas, con Seguridad Social incluida, y protección oficial contra la explotación, ….pero a aquellos que les apetezca una loca noche de juerga con “trabajadoras del sexo”, tendrían que pagar un suculento impuesto en beneficio del país. No es algo nuevo, sino que es algo parecido a lo que ya se le ocurrió al presidente del gobierno italiano Berlusconi, con su idea de gravar la pornografía (aunque no sé qué opinaria de ello “Cicciolina”, la célebre diputado-porno). También procuraría gravar especialmente el tabaco, las bebidas espirituosas, la ropa de lujo, las joyas, las entradas en los partidos de fútbol, los coches de lujo, las loterías, y los casinos de apuestas. El impuesto sobre los carburantes los reduciría a la mitad, puesto que la movilidad es beneficiosa para la economía. Aunque conservaria el IVA, lo reduciria también a la mitad en los productos y servicios de primera necesidad.
Con un tejido socio-laboral que no se grava, sino que se recompensa, y gravando únicamente lo que se considera lujo, ostentación, vicios, o despilfarro improductivo, el país crearía tal cantidad de riqueza, que con ciudadanos prósperos y con medios propios, poca falta harían el resto de impuestos. Así que poco a poco iría encontrando la manera de reducir los impuestos y liberar al Estado de inútiles gastos. Trataría que de verdad, ese país fuera un lugar donde trabajando el ciudadano puede hacerse rico, y acabar con la mentalidad de la picaresca del vivir chupando a costa de los demás con el Estado como intermediario.
Cada año, el contribuyente recibiría por correo el DVD (o en su defecto, en un pen-drive) con una carta personal de explicación parecida a la que anoto a modo de ejemplo:
Estimado contribuyente:
En el año pasado su cuota en los presupuestos generales del Estado quedó fijada en 200 euros, y por parte del Estado usted únicamente recibió la cantidad de 150 euros en concepto de beca de libros para su hijo, siendo usted uno de los contribuyentes que han aportado más que no haber recibido en concepto de servicios del Estado, con 50 euros a su favor, que le serán devueltos en el próximo ejercicio fiscal.
Junto con el suyo, en ese DVD aparecen los nombres de todos los contribuyentes, así como el la destinación del dinero de todos, con los nombres de los receptores de nóminas, de pagos diversos, etc… Con él podrá consultar todo cuanto detalle quiera saber relacionado con el presupuesto del Estado.
Aparte de esto, los ingresos diversos por IVA, y demás contribuciones, ha dejado al Estado con un superávit de 500.000 millones de euros, que se aprovecharán para reducir la carga de impuestos en los próximos ejercicios.
Esperamos ser de tu entera satisfacción, en nuestra política de “para el contribuyente, las cuentas claras”, esperamos que nuestra información le haya resultado grata.
EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO
Siguiendo algo parecido al ejemplo de los antiguos romanos: “aceite, pan, y espectáculos” para todos los ciudadanos. Se trataría de que cada español recibiera mensualmente una pensión o paga del Estado, lo suficiente digna para sus gastos básicos. Es necesario incentivar el consumo para mover la economía, lo que hace necesario que la gente se gaste el dinero y vuelva a circular. Algo que yo llamaría la pensión mínima de integración nacional, donde ningún ciudadano español se sintiera marginado. Seria que cada español, independientemente de su condición social, sólo por el simple hecho de serlo, y por derecho de nacimiento, tendría una pensión del Estado de unos 600 euros mensuales, que se irían incrementando cada año de acuerdo con IPC. En esos tiempos de grave crisis económica, aquellas personas que actualmente pasan serios apuros, o que están en el paro, tendrían un medio de subsistencia mínimo y digno. Todo el mundo se sentiría protegido por el Estado, y quienes trabajasen ganarían un complemento más a su sueldo, que les permitiría nuevos gastos, que a su vez harían un efecto inercia sobre la circulación del dinero y del consumo que reactivara de nuevo la economía del país, y en cuanto a los jubilados, por ser un ingreso más, serviria para gastarselo o ahorrarlo, que en ambos casos seria muy beneficioso para la economia del país. Cuando el ciudadano tiene el dinero seguro en el bolsillo cada mes, sabe en qué gastarlo, y sería una medida mucho más eficaz que no las equivocadas medidas de Zapatero como ha hecho recientemente de inyectar dinero del erario público a los bancos, o a las fábricas de automóviles para aguantar a unos trabajadores que producirán unos coches de más que nadie va a comprar. Esa pensión mensual para todo español haria posible suprimir toda clase de políticas sociales, porque el mismo ciudadano decide en qué se gasta el dinero que le da el Estado, y si le sobra, decide también en qué lo ahorra, o en qué lo invierte. Con ello acabaria para siempre con la picaresca de las mal llamadas políticas sociales. Al mismo tiempo prepararía un amplio paquete de inversiones públicas destinadas a formar unas infraestructuras productivas que nos serian muy rentables en el futuro: dada la composición montañosa del país, haría que se construyeran enormes presas y pantanos, para almacenar el agua de la lluvia, en que desapareciera para siempre el problema de la sequía, formando un país lleno de regadíos, que produciera gran cantidad de abundantes alimentos baratos para exportar, al mismo tiempo lleno de energía inagotable y no contaminante, que sirviera para el consumo nacional y para exportar, también, y para convertir a España en un lugar de energía barata y de agua abundante. Con esas medidas nos aseguramos el bienestar y la seguridad económica para la próxima generación.
Naturalmente tomaría medidas para evitar que se repitieran casos de especulación y usura: aunque soy totalmente partidario de la libre economia de mercado, fijaria unos límites a que, por ejemplo, la vivienda se vendiera por un precio muy escandalosamente por encima de su precio de coste, como ha ocurrido últimamente, compaginando mercado libre con sentido de la ética que me encargaria de regular a través del gobierno. Saldría de la Unión europea, para impedir que las decisiones de otros países no influyeran o paralizaran las del propio país, sin salir del euro (ya que nos facilita la importación-exportación), y con unos tratados bilaterales de libre comercio que favorecerían nuestra economía. Se trataría de hacer del nuestro un país más libre, en el cual los demás líderes europeos no metieran la pata con el nuestro.
En cuanto al terreno judicial, reformaría el código penal, en la dirección de permitir a la victima la potestad del perdón tras pasar el culpable el 15% de su condena en la cárcel. Las torpezas y los errores, son inherentes a la naturaleza humana, y se hace necesaria una vía para hacer posible el perdón y la nueva integración social del condenado. También incluirá una cláusula en la que se permitiera al condenado la posibilidad de poder comprar su libertad, a cambio de trabajos penitenciarios remunerados a favor de la comunidad. Con eso, esperaría vaciar considerablemente las cárceles, y hacer casi posible el sueño ideal de un país civilizado sin cárceles y sin reos, aunque sé que no sería posible al 100%.
Haria una nueva Ley en la que se aclarara que la propiedad sólo puede estar a un solo nombre, para así poder evitar que se aprovechen de los demás, quienes ven en el divorcio como un negocio más.
Sobre el tema educación, le añadiría una atención muy especial: reformaría el sistema de enseñanza en el sentido de que en la escuela se enseñaran más cosas prácticas, con algunas asignaturas básicas como oficios y profesiones (que permitieran una formación básica con la que entrar en el mundo laboral), y menos chorradas inútiles. Solucionaría la angustia que pasan los padres de no saber adónde dejar a sus hijos, suprimiendo las excesivas vacaciones escolares, y procurando que las vacaciones fueran tan sólo en agosto o en julio, coincidiendo con las vacaciones de los padres. Esa recorte de las actuales abusivas vacaciones de los maestros, supondrían más clases de materias extras, útiles para la formación de nuestros alumnos. Un país que forma bien a sus ciudadanos, es un país que prospera.
Todas esas serian mis medidas prioritarias, que las tomaria con carácter de urgencia. Para los demás temas, pediría a todos los ciudadanos su colaboración en forma de ideas, sugerencias, tesis, explicaciones, etc… a exponer en una web de la Moncloa especialmente para el asunto, que nos sirviera para conocer mejor las preocupaciones, inquietudes e ilusiones de todos los ciudadanos,…..y poder cogerlas como referencia a mi proyecto de mejora progresiva del país.
Consciente de que sólo trabajando duro saldremos adelante, trabajaría muy duro y con total dedicación en conseguir esos objetivos de prosperidad para todo el país. Les pediría a todos que me ayudasen y colaborasen, y por si no tuviera bastante, incluso le pediría a Su Majestad el Rey, que me echara una mano.
Recordaria a todos aquel dicho del Presidente Kennedy: “no te preguntes qué puede hacer el país por ti, sino qué puedes hacer tú por el país”.
Y para los que no estuvieran de acuerdo conmigo en hacer un país casi sin impuestos, libre y próspero, les pediria que me aguantasen hasta las próximas elecciones por si el pueblo quiere apartarme del cargo.
Pero como parece ser que nunca seré Presidente, por lo menos mis buenas intenciones quedan en mi blog.
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