jueves, 24 de junio de 2010

LA CRISIS MORAL DE LAS ENTIDADES DE MINUSVÁLIDOS Y DERIVADOS



Mientras aquí el movimiento minusválido está disperso y aparentemente dormido, llama poderosamente la atención la actitud de todo ese grupo de minusválidos que participan en una carrera de un perdido pueblo hindú, donde al ver que cae uno de los compañeros, todos paran para agruparse junto al caído, animarlo y ayudarlo a levantarse, y seguir juntos la meta final, que es el objetivo común para todos (o eso en teoría se supone). Por lo que he visto, aquí casi podría decir que es algo impensable.

Aunque ese ejemplo simbólico que puede verse en el video que adjunto, podríamos decir que es una premisa idealista, lo que aquí he visto es que la realidad es muy distinta, y en muchos aspectos prácticamente no es el movimiento solidario ni homogéneo que pudiera parecer a simple vista. Con el pretexto de la causa de los denominados minusválidos (o ahora como es más de moda, la palabra “discapacitado”) se forman entidades aisladas, tomando diversos nombres y siglas, sin que exista un redactado o un proyecto común conocido con los que hacer realidad efectiva sus reivindicaciones ante esa sociedad que esperan que los integre, y las exigencias ante la administración que se supone tendría que aportar los medios y los recursos. Y como que cada entidad es lo que sus gentes, unas van mejor y tiran adelante, y otras quedan estancadas, con existencia meramente simbólica, y hasta desaparecen. Y es que las que siguen, con el paso del tiempo tienden a formar grupos cerrados en torno a sus dirigentes, siguiendo sus premisas o la corriente hacia donde les empuje, defendiendo finalmente sus intereses apoltronados, olvidándose en muchos caos de los objetivos e intereses que habrían que ser comunes para todo el colectivo que dicen o suponen representar. Actitud que habría que tener por muy natural en ese país de las envidias, la picaresca y las corruptelas, donde cuando uno destaca, lo que suelen hacer los apoltronados de arriba es excluirlo, aislarlo, ponerle trabas, desincorporarlo pasivamente, marginarlo, ignorarlo... (muchas veces a gente muy valiosa de gran utilidad, que no saben aprovechar), porque como norma natural el poder, los méritos, el protagonismo,...es algo que no se comparte si no se pertenece al formado grupo cerrado y corporativista de los dirigentes apoltronados de turno. Nada a extrañar porque lamentablemente eso es algo que también ocurre en el resto de las entidades, sean partidos, sindicatos, empresas, o cualquier otra clase de club o entidad.

Basta ver cómo se mueven en las redes sociales de internet, como por ejemplo facebook, desde donde es posible crear y representar la entidad, para dar a conocer y hacer crecer el proyecto de la entidad de minusválidos,...y además de forma gratuita. Se unen muy escasas personas, las administran unas cuantas interesadas de talante cerrado e inmobilista siguiendo las directrices de alguien con poder, y además a quienes suponen representar, apenas ni participan ni en foros ni en debates, que se podrían compartir entre todos a través de INTERNET, la herramienta más fácil, accesible, intercomunicativa, y hasta en cierto sentido gratuita del que se puede disponer hoy en día, cualquier minusválido desde su propia casa. Parece como si a algunos no les interesa que se hagan las cosas, quizás para vivir del gran montaje de mamar a su manera del jugoso caramelo de la administración que lo subvenciona todo, pues sin esta ayuda de los organismos públicos, lógicamente se habrían que mover con premisas y recursos de libre competencia, y entonces para esto último tan sólo cuenta la gente trabajadora de verdad, la que se involucra y lucha,...y sobra la gente vaga y parásita, la apoltronada que vive del cuento, y además deja tirada a la que es necesitada de verdad. En esas entidades denominadas “sin ánimo de lucro”, he visto gente inútil y asquerosamente vaga viviendo del enchufe, del privilegio de estar fija en un puesto de trabajo que no se merece, cuando la lucha por la integración laboral del minusválido debería de dar todo un ejemplo de gente trabajadora, eficiente, y competitiva,...muy por encima de la otra gente no considerada como minusválida,...que no tendría que dar mal ejemplo.

Y es que aquí, los minusválidos en general están como dormidos, a la pasiva, a la simple vida contemplativa; se toleran algunas cosas demasiado negativas y dañosas, y falta sobretodo el ESPIRITU de lucha, del trabajo constante, del esfuerzo, del sacrificio,...todas esas cualidades que por desgracia muy pocos lucen, pero del que otros apoltronados con puesto fijo que no tienen mérito alguno se aprovechan e incluso viven a costa de los sacrificios de aquellos que han espabilado de verdad. Lamentable situación de la que es de esperar que algún día se sepa la verdad y entonces las cosas cambien, para que el esfuerzo de los generosos, de los luchadores,..al final haya valido realmente la pena.



1 comentario:

Lo Bep dijo...

Estic totalment d'acord amb tu en el plantejament general que fas. Considero que moltes de les organitzacions sense ànim de lucre que funcionen mitjançant el sistema assembleari, tenen el problema de que els seus líders s'eternitzen en els càrrecs que ocupen (jo mateix porto 16 anys al capdavant de la meva organització). Està en la qual estic serà la meva darrera legislatura, amb el compromís que durant el període l'exercici estem tramitant el relleu generacional. Per això crec que els càrrecs no haurien de durar més de vuit anys. Ja que el que no hagis fet en vuit anys, probablement i ja no ho faràs.

De tota manera sí que hi ha entitats i persones que tenen un concepte diferent de la gestió en els seus càrrecs electes. És important que hi hagi molt diàleg i debat en el si de les organitzacions, i és responsabilitat dels seus directius fomentar i encarrilar degudament per poder extreure conclusions clares.

Ningú han d'atorgar-el poder de ser etern en el càrrec que exerceix i menys considerar imprescindible perquè l'organització funcioni degudament. Els relleus generacionals amb els candidats més idonis, apareixen quan des de la direcció o la presidència s'apunten és intervenir en la gestió.

En cap cas és recomanable que els directius de les organitzacions es fa als seus càrrecs com els polítics. Perquè llavors perd credibilitat l'organització i les pròpies persones.