viernes, 10 de abril de 2009
EL PERIODISMO MANIPULADO: LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y EL FANTASMA DE HERR DOKTOR GOEBBELS
Desde que se inventó la imprenta, en la etapa final de de la Baja Edad Media, el mundo ha ido evolucionando a unos pasos cada día más veloces. La imprenta trajo la Ilustración, y con ello los librepensadores, intelectuales que se encontraban en las tertulias de los cafés de la época, que aparte de reunir conocimientos para formar las primeras Enciclopedias, darían paso a la difusión de los primeros periódicos, ante la necesidad de la gente de estar informada, saber cosas, y ponerse al día, aparte de que por entonces la prensa empezaba a florecer como otro negocio más.
Hace poco más de doscientos años, en lo que se llamaría Estados Unidos, y cuando todavía era colonia de ultramar de Su Graciosa Majestad Británica, había un hombre, que aparte de ser aficionado a los experimentos científicos (fue el inventor del pararrayos), era editor de un periódico conocido como el Almanaque del Buen Ricardo, con textos de consejos prácticos para la vida diaria de sus lectores, junto con las noticias más destacadas de las que se tuvieran conocimiento. Ese hombre se llamaba Benjamín Franklin, uno de los ponentes de lo que sería la Declaración de la Independencia Norteamericana, así como de la Constitución del nuevo país independizado. Entre los amigos del mencionado, había un tal Thomas Jefferson, que llegaría a ser uno de los primeros presidentes estadounidenses. De una tertulia entre el editor de periódicos Ben Franklin, y Thomas Jefferson, el futuro presidente dejó escapar el siguiente comentario: “Generalmente los periódicos se dividen en cuatro secciones: primera: “verdades”, segunda: “probabilidades”, tercera: “posibilidades”, y cuarta: “mentiras”. La primera es la más corta, y la última la más numerosa”. Y no hace falta decir que cualquier periodista conoce el dicho aquel que dice: “si la noticia no existe, hay que inventarla”. De modo que al final el verdadero problema de la prensa, es que no se dice del todo la verdad, no se informa con auténtica veracidad, y sólo se informa, más movidos por unos intereses. Pero hay que andarse con cuidado, sean verdades o mentiras, la gente compra lo que le gusta, las noticias que les entretienen, y por eso se da el caso de que la prensa rosa, la sensacionalista, y la erótica es la que más vende, en la medida de que saben publicar los “cuentos” que la gente gusta de leer para evadirse.
Si habríamos que hablar del mejor periodista de todos los tiempos, habríamos de hablar al mismo tiempo del mejor manipulador de todos los tiempos, todo un maestro del que los profesionales de la comunicación todavía siguen estudiando y aprendiendo. Ese hombre era uno de los más cultos e instruidos del que se tiene conocimiento, y que había estudiado muy diversas materias en 8 universidades, obteniendo las mejores calificaciones, sean en filosofia, historia, arte, periodismo, etc…. Ese hombre era un alemán llamado Joseph Paul Goebbels. Era un minusválido aquejado de una osteomielitis que le atrofio la pierna derecha a la edad de cuatro años, dejándole de por vida con una visible cojera al tener una pierna más larga de la otra, y por lo que tuvo que usar calzado ortopédico. Como joven periodista, ningún diario le aceptó para trabajar, ni ningún editor se animó a publicar ningún libro suyo. Pero se haría amigo de un tal Adolf Hitler, ayudándole a organizar por toda Alemania el partido nazi, que le llevaría al poder al ganar unas elecciones derivadas del desamparo del pueblo alemán por causa del paro y de las humillaciones de guerra impuestas por los vencedores. En recompensa, el nuevo canciller alemán Hitler, le nombró ministro de Instrucción (Educación) y Propaganda. Hombre muy trabajador a la par que muy talentoso, supo manipular la prensa y la propaganda a favor del gobierno nazi. Tenía un método propio en la técnica de manipulación y de censura, basado en sus famosos 11 principios, todo un caso digno de estudio, que ha hecho escuela y en la que se basa buena parte del periodismo moderno. Porque al no decir del todo la verdad, y al explicarse de un modo claramente confunsivo, bien puede decirse que en las redacciones de los periódicos actuales planea el fantasma de Goebbels.
Desde hace ya mucho tiempo las noticias de los periódicos están manipuladas, y no dicen la verdad,….es como si antes tuvieran que pasar por la oficina de Goebbels. Además la libertad de expresión deja mucho de desear: Es la censura y no existe una verdadera libertad de expresión: sólo lo imbéciles se creen lo que pone en los periódicos. Casi todo lo que escriben los periódicos actuales, lo hacen con la finalidad de que la gente vaya confundida: no se informa claramente, por ejemplo, lo que cobran los funcionarios, cuando estos hacen una huelga; o lo que le cuesta al contribuyente en cifras comparables cada uno de los interminables gastos públicos, mientras al mismo tiempo se habla de millones de cualquier manera, como si fuera el país de los manirrotos. No se informa, por ejemplo, que los tan resaltados accidentes de trabajo más bien los provocan los inmigrantes. En casos de noticias sobre violencia de género, o de delincuencia, no se informa sobre la nacionalidad de los implicados, como tampoco se explica a fondo si antes había habido provocaciones por parte de la mujer, en un supuesto caso de malos tratos, ya que incluso en la prensa misma, igual que en lo politico y en lo judicial, la mujer recibe trato de favor en comparación con el hombre. Un lector listo, por ejemplo, puede palpar si un periódico transmite un mensaje pro-España, o al revés; o si encubre los problemas que trae la inmigración que tanto daño colateral está causando a la economia, al gasto público, y a los derechos de los propios nacionales, por citar otro ejemplo. Se nota bastante la confusión para hacer que las cosas sean según las conveniencias de los redactores de periódicos, animados con el espíritu de Goebbels, al servicio de tal o cual signo político o económico encubierto. Además es lastimoso ver que los periodistas actuales publican editoriales o artículos de una mediocridad exasperante, como si la lectura no hubiera resultado provechosa. La realidad es que hay más verdad y espíritu crítico en ciertos blogs de internet, que en lo que se publica en los periódicos, supervisado antes por un supuesto censor-inquisidor que aplica los principios de Goebbels.
La gente necesita estar al corriente de lo que pasa a su alrededor, y por el resto del mundo, y por ello recurre a los periódicos, la radio, la televisión, e internet. Y los políticos son conscientes de esa gran poder por lo que en la medida de lo posible se aprovechan según convenga a sus intereses. Por eso a la prensa se le ha llamado “el cuarto poder”. El primero en darse cuenta de ese gran poder fue el ya mencionado Joseph Paul Goebbels, que como ya he dicho, fue un talentoso periodista que había estudiado en 8 universidades, fue hombre de gran cultura, y muy trabajador, que llegaría a ser el ministro de Educación y propaganda del canciller-führer Adolf Hitler. De su escuela se inspiraría el periodismo moderno, como forma de manejar y manipular las noticias y la propaganda. De modo que los propios partidos políticos tienen su propia selección de prensa y propaganda, con profesionales que saben utilizar los verbos y los adjetivos adecuados a cada mensaje interesados en transmitir. Basta verlo en la manera de expresarse de los periódicos de los distintos partidos políticos, y en su forma de criticar al contrario o expresar su opinión. Ante noticias falsas, confundidas, manipuladas, etc… la gente prefiere ser engañada en lo que se llama la prensa rosa: somos el país de las envidias y del cotilleo, por lo que siempre interesa saber sobre la vida privada de gente famosa: toreros, actrices, modelos, etc…. Sus líos, y las reacciones de su entorno, sus familiares, sus exparejas, etc… Eso es preferible a oír hablar de guerras, de política, o de crisis. No obstante para mi, el mejor periodista era José Maria Carrascal, ahora ya jubilado, pues empleaba lenguaje popular e imparcial, y además manifestaba unas opiniones en sus comentarios lejos de toda manipulación o consigna, cuando aparte de periodista, ejercía de presentador de las noticias en uno de los canales privados de televisión, en el que en el telediario de Carrascal, aparte de que en sus noticias, tras la selección de los deportes, aparecía también la información sobre las tardes taurinas, que llevaba Vicente Zabala, el periodista que mejor conoce el mundo de los toros y de la fiesta nacional, tema muy censurado hoy día expresamente desde el gobierno y otra gente interesada en anular la rica, extensa y secular cultura nacional de los toros y uno de los signos de identidad histórica de nuestro pueblo. Pero personalmente creo que la censura encubierta no va a poder contra una tradición histórica de muchos siglos en nuestro país. Yo os diría que si compráis cuatro periódicos distintos, o leéis cuatro blogs distintos, podéis encontraros con cuatro planteamientos distintos sobre un mismo suceso, tema, o cuestión. Por lo que el que quiera estar bien informado, le recomiendo que lea varias fuentes a la vez para conocer la opinión de varias personas sobre un mismo asunto, que para eso estamos en un país con prensa libre, aunque lo de “libre” lo sea tan sólo en apariencia, a merced de los “Goebbels” de turno.
En definitiva el futuro del periodismo está en quien diga la verdad, y que informe con claridad, contrastando y comparando los diferentes temas. Es decir, la prensa que resulte imparcial y verídica, y que antes se dedique a verificar un poco mejor lo que dice, antes de echar las campanas al vuelo de cualquier manera, como es tan habitual que ocurra actualmente. La gente no es tonta, y al final acaba valorándolo, a pesar de que con la libertad de expresión, cada cual seguirá escribiendo y publicando lo que le dé la gana, por lo que a pesar de todo, esa libertad tampoco garantiza la exactitud de la información: detrás de cada escrito o información, siempre está la persona que lo hace, mejor o peor, de más o menos “calidad” y talento. En una sociedad que se tuviera que calificar de civilizada y avanzada, habría que hacer que el periódico sirviera para algo más que para mirar la página de los anuncios de contactos, o para encender un buen fuego en la chimenea. Y sobretodo que cada periodista supiera poner límites a la censura, a aquello que parece haber pasado antes por el fantasma de Goebbels.
Ya que personalmente yo desprecio la censura, quiero terminar mi artículo de hoy insertado lo que imagino seria una foto censurada por los inquisidores actuales, especialmente las mujeres, que son las peores partidarias de la censura, y las que impone la subcultura de los tabúes: un supuesto retrato de fotografía artística-erótica que representa un liberado (la libertad es limpia, y huele bien) Hitler saboreando las delicias de una raza aria, que se supone que molestaría a ciertas mentalidades retrogradas, que incluso la calificarían con la excusa de “pornográfica”, junto con lo que sería su antitesis, las fotografías de ese espectáculo de las mujeres musulmanas esclavas (la esclavitud es sucia, y huele mal) de ese tipo de ropa femenina instranspirable que poco a poco se irá imponiendo en nuestros contornos, privados de esa libertad de expresión, tanto escolares como de trabajo, pero del que nadie habla, por miedo a ciertos prejuicios retrogrados. Pero ese es mi blog, y en él he decidido que no existe la censura, pero sí la total libertad de expresión (algo que, como ya hemos visto, no se refleja ni en los diarios). De modo que las llamativas y provocadoras fotografías juntadas en una, será portada de mi entrada de hoy en mi blog, y que se jodan los escandalizados.¡Viva la libertad!, ¡viva el arte!, ¡viva la información imparcial y verídica!.
Hace poco más de doscientos años, en lo que se llamaría Estados Unidos, y cuando todavía era colonia de ultramar de Su Graciosa Majestad Británica, había un hombre, que aparte de ser aficionado a los experimentos científicos (fue el inventor del pararrayos), era editor de un periódico conocido como el Almanaque del Buen Ricardo, con textos de consejos prácticos para la vida diaria de sus lectores, junto con las noticias más destacadas de las que se tuvieran conocimiento. Ese hombre se llamaba Benjamín Franklin, uno de los ponentes de lo que sería la Declaración de la Independencia Norteamericana, así como de la Constitución del nuevo país independizado. Entre los amigos del mencionado, había un tal Thomas Jefferson, que llegaría a ser uno de los primeros presidentes estadounidenses. De una tertulia entre el editor de periódicos Ben Franklin, y Thomas Jefferson, el futuro presidente dejó escapar el siguiente comentario: “Generalmente los periódicos se dividen en cuatro secciones: primera: “verdades”, segunda: “probabilidades”, tercera: “posibilidades”, y cuarta: “mentiras”. La primera es la más corta, y la última la más numerosa”. Y no hace falta decir que cualquier periodista conoce el dicho aquel que dice: “si la noticia no existe, hay que inventarla”. De modo que al final el verdadero problema de la prensa, es que no se dice del todo la verdad, no se informa con auténtica veracidad, y sólo se informa, más movidos por unos intereses. Pero hay que andarse con cuidado, sean verdades o mentiras, la gente compra lo que le gusta, las noticias que les entretienen, y por eso se da el caso de que la prensa rosa, la sensacionalista, y la erótica es la que más vende, en la medida de que saben publicar los “cuentos” que la gente gusta de leer para evadirse.
Si habríamos que hablar del mejor periodista de todos los tiempos, habríamos de hablar al mismo tiempo del mejor manipulador de todos los tiempos, todo un maestro del que los profesionales de la comunicación todavía siguen estudiando y aprendiendo. Ese hombre era uno de los más cultos e instruidos del que se tiene conocimiento, y que había estudiado muy diversas materias en 8 universidades, obteniendo las mejores calificaciones, sean en filosofia, historia, arte, periodismo, etc…. Ese hombre era un alemán llamado Joseph Paul Goebbels. Era un minusválido aquejado de una osteomielitis que le atrofio la pierna derecha a la edad de cuatro años, dejándole de por vida con una visible cojera al tener una pierna más larga de la otra, y por lo que tuvo que usar calzado ortopédico. Como joven periodista, ningún diario le aceptó para trabajar, ni ningún editor se animó a publicar ningún libro suyo. Pero se haría amigo de un tal Adolf Hitler, ayudándole a organizar por toda Alemania el partido nazi, que le llevaría al poder al ganar unas elecciones derivadas del desamparo del pueblo alemán por causa del paro y de las humillaciones de guerra impuestas por los vencedores. En recompensa, el nuevo canciller alemán Hitler, le nombró ministro de Instrucción (Educación) y Propaganda. Hombre muy trabajador a la par que muy talentoso, supo manipular la prensa y la propaganda a favor del gobierno nazi. Tenía un método propio en la técnica de manipulación y de censura, basado en sus famosos 11 principios, todo un caso digno de estudio, que ha hecho escuela y en la que se basa buena parte del periodismo moderno. Porque al no decir del todo la verdad, y al explicarse de un modo claramente confunsivo, bien puede decirse que en las redacciones de los periódicos actuales planea el fantasma de Goebbels.
Desde hace ya mucho tiempo las noticias de los periódicos están manipuladas, y no dicen la verdad,….es como si antes tuvieran que pasar por la oficina de Goebbels. Además la libertad de expresión deja mucho de desear: Es la censura y no existe una verdadera libertad de expresión: sólo lo imbéciles se creen lo que pone en los periódicos. Casi todo lo que escriben los periódicos actuales, lo hacen con la finalidad de que la gente vaya confundida: no se informa claramente, por ejemplo, lo que cobran los funcionarios, cuando estos hacen una huelga; o lo que le cuesta al contribuyente en cifras comparables cada uno de los interminables gastos públicos, mientras al mismo tiempo se habla de millones de cualquier manera, como si fuera el país de los manirrotos. No se informa, por ejemplo, que los tan resaltados accidentes de trabajo más bien los provocan los inmigrantes. En casos de noticias sobre violencia de género, o de delincuencia, no se informa sobre la nacionalidad de los implicados, como tampoco se explica a fondo si antes había habido provocaciones por parte de la mujer, en un supuesto caso de malos tratos, ya que incluso en la prensa misma, igual que en lo politico y en lo judicial, la mujer recibe trato de favor en comparación con el hombre. Un lector listo, por ejemplo, puede palpar si un periódico transmite un mensaje pro-España, o al revés; o si encubre los problemas que trae la inmigración que tanto daño colateral está causando a la economia, al gasto público, y a los derechos de los propios nacionales, por citar otro ejemplo. Se nota bastante la confusión para hacer que las cosas sean según las conveniencias de los redactores de periódicos, animados con el espíritu de Goebbels, al servicio de tal o cual signo político o económico encubierto. Además es lastimoso ver que los periodistas actuales publican editoriales o artículos de una mediocridad exasperante, como si la lectura no hubiera resultado provechosa. La realidad es que hay más verdad y espíritu crítico en ciertos blogs de internet, que en lo que se publica en los periódicos, supervisado antes por un supuesto censor-inquisidor que aplica los principios de Goebbels.
La gente necesita estar al corriente de lo que pasa a su alrededor, y por el resto del mundo, y por ello recurre a los periódicos, la radio, la televisión, e internet. Y los políticos son conscientes de esa gran poder por lo que en la medida de lo posible se aprovechan según convenga a sus intereses. Por eso a la prensa se le ha llamado “el cuarto poder”. El primero en darse cuenta de ese gran poder fue el ya mencionado Joseph Paul Goebbels, que como ya he dicho, fue un talentoso periodista que había estudiado en 8 universidades, fue hombre de gran cultura, y muy trabajador, que llegaría a ser el ministro de Educación y propaganda del canciller-führer Adolf Hitler. De su escuela se inspiraría el periodismo moderno, como forma de manejar y manipular las noticias y la propaganda. De modo que los propios partidos políticos tienen su propia selección de prensa y propaganda, con profesionales que saben utilizar los verbos y los adjetivos adecuados a cada mensaje interesados en transmitir. Basta verlo en la manera de expresarse de los periódicos de los distintos partidos políticos, y en su forma de criticar al contrario o expresar su opinión. Ante noticias falsas, confundidas, manipuladas, etc… la gente prefiere ser engañada en lo que se llama la prensa rosa: somos el país de las envidias y del cotilleo, por lo que siempre interesa saber sobre la vida privada de gente famosa: toreros, actrices, modelos, etc…. Sus líos, y las reacciones de su entorno, sus familiares, sus exparejas, etc… Eso es preferible a oír hablar de guerras, de política, o de crisis. No obstante para mi, el mejor periodista era José Maria Carrascal, ahora ya jubilado, pues empleaba lenguaje popular e imparcial, y además manifestaba unas opiniones en sus comentarios lejos de toda manipulación o consigna, cuando aparte de periodista, ejercía de presentador de las noticias en uno de los canales privados de televisión, en el que en el telediario de Carrascal, aparte de que en sus noticias, tras la selección de los deportes, aparecía también la información sobre las tardes taurinas, que llevaba Vicente Zabala, el periodista que mejor conoce el mundo de los toros y de la fiesta nacional, tema muy censurado hoy día expresamente desde el gobierno y otra gente interesada en anular la rica, extensa y secular cultura nacional de los toros y uno de los signos de identidad histórica de nuestro pueblo. Pero personalmente creo que la censura encubierta no va a poder contra una tradición histórica de muchos siglos en nuestro país. Yo os diría que si compráis cuatro periódicos distintos, o leéis cuatro blogs distintos, podéis encontraros con cuatro planteamientos distintos sobre un mismo suceso, tema, o cuestión. Por lo que el que quiera estar bien informado, le recomiendo que lea varias fuentes a la vez para conocer la opinión de varias personas sobre un mismo asunto, que para eso estamos en un país con prensa libre, aunque lo de “libre” lo sea tan sólo en apariencia, a merced de los “Goebbels” de turno.
En definitiva el futuro del periodismo está en quien diga la verdad, y que informe con claridad, contrastando y comparando los diferentes temas. Es decir, la prensa que resulte imparcial y verídica, y que antes se dedique a verificar un poco mejor lo que dice, antes de echar las campanas al vuelo de cualquier manera, como es tan habitual que ocurra actualmente. La gente no es tonta, y al final acaba valorándolo, a pesar de que con la libertad de expresión, cada cual seguirá escribiendo y publicando lo que le dé la gana, por lo que a pesar de todo, esa libertad tampoco garantiza la exactitud de la información: detrás de cada escrito o información, siempre está la persona que lo hace, mejor o peor, de más o menos “calidad” y talento. En una sociedad que se tuviera que calificar de civilizada y avanzada, habría que hacer que el periódico sirviera para algo más que para mirar la página de los anuncios de contactos, o para encender un buen fuego en la chimenea. Y sobretodo que cada periodista supiera poner límites a la censura, a aquello que parece haber pasado antes por el fantasma de Goebbels.
Ya que personalmente yo desprecio la censura, quiero terminar mi artículo de hoy insertado lo que imagino seria una foto censurada por los inquisidores actuales, especialmente las mujeres, que son las peores partidarias de la censura, y las que impone la subcultura de los tabúes: un supuesto retrato de fotografía artística-erótica que representa un liberado (la libertad es limpia, y huele bien) Hitler saboreando las delicias de una raza aria, que se supone que molestaría a ciertas mentalidades retrogradas, que incluso la calificarían con la excusa de “pornográfica”, junto con lo que sería su antitesis, las fotografías de ese espectáculo de las mujeres musulmanas esclavas (la esclavitud es sucia, y huele mal) de ese tipo de ropa femenina instranspirable que poco a poco se irá imponiendo en nuestros contornos, privados de esa libertad de expresión, tanto escolares como de trabajo, pero del que nadie habla, por miedo a ciertos prejuicios retrogrados. Pero ese es mi blog, y en él he decidido que no existe la censura, pero sí la total libertad de expresión (algo que, como ya hemos visto, no se refleja ni en los diarios). De modo que las llamativas y provocadoras fotografías juntadas en una, será portada de mi entrada de hoy en mi blog, y que se jodan los escandalizados.¡Viva la libertad!, ¡viva el arte!, ¡viva la información imparcial y verídica!.
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