domingo, 21 de noviembre de 2010

LAS SECUELAS DE LA ESPECULACIÓN INMOBILIARIA SIGUEN.

Es de agradecer que personas de la categoría de Rodrigo Rato (ex vicepresidente económico de Aznar, ex presidente del Banco Mundial, y actual presidente de la Caja de Madrid), avisen sobre que debe de ir bajando el precio de la vivienda, y que los bancos empiecen a tomarse en serio que para arrancar de nuevo la economía (y con esto ellos nuevamente obtener beneficios) se deben de bajar los precios de la vivienda, que a pesar de la caída de los últimos dos años, siguen estando sus precios a niveles estratosféricos e inaccesibles a poder ser comprados por la inmensa mayoría de la gente, especialmente los jóvenes que buscan emanciparse. Los culpables de todo esos son básicamente dos: los políticos por no poner freno a la especulación, y los bancos por conceder préstamos con tanta alegría. Extraño que existieran tantos bobos, que a pesar de toda su colección de estudios universitarios, desde los gobiernos o parlamentos no supieran poner freno a los abusos del libre mercado,… ¿o es que ellos también se beneficiaban con la revaloración de las fincas y los impuestos que gracias a ellas sacaban, y por tanto no interesaba frenar esta especulación?. Y eso que yo soy de los que considera el liberalismo como el menos malo de los sistemas político-económicos. Además con esto me pregunto: ¿para qué tenemos la CNMV –comisión nacional del mercado de valores-?, que claro que es para vigilar por la transparencia y las buenas maneras en los mercados de compras-ventas financieras; pero algo debería de tener el Estado, y en este caso el gobierno, para vigilar los desvíos especulativos que a la larga terminan por perjudicar al conjunto de la economía, y por ende, al conjunto del país. Lo extraño es que después del varapalo provocado por la crisis financiera de falta de liquidez en los bancos, y de la burbuja inmobiliaria, arrojando a millones de albañiles al paro, el gobierno no haya tomado la medida de crear un organismo de esta naturaleza que vigile los abusos y los desvíos especulativos, cualesquiera que sea su naturaleza. Pero para rescatar bancos sin liquidez, o rescatar igualmente a países europeos con problemas de tener la caja vacía como el caso de Grecia o ahora que suenan los casos de Irlanda y Portugal como próximos beneficiarios, SÍ se acude para ayudarles con el dinero de nuestros impuestos, aún a costa de endeudarse aún más para que no caiga el valor del euro en toda la eurozona que indirectamente perjudicaría al resto de los países europeos que van mejor; pero como contradicción no se piensa seriamente en cómo resolver el paro salvaje que tenemos, quizás porque en el resto de Europa los niveles de paro no son tan preocupantes como lo es en nuestro país. Preocupante es también esa pasividad y abstención del gobierno en no resolver el paro ni la inflación, porque no lo olvidemos: la misericordia del resto de los trabajadores españoles para financiar el subsidio de desempleo y el descontrol de la inflación, son como otros dos nuevos pesadísimos impuestos no aprobados en ningún parlamento que nadie se libra de pagar, y eso no es lo que le conviene a nuestro país, sino hacer que la gente pueda trabajar y que los precios estén bajos para poder consumir equilibradamente. De haber vigilado y prevenido la especulación inmobiliaria, quizás en estos momentos nuestra economía hubiera sufrido una crisis ligera, como la alemana o la sueca, y de nuevo se estaría relanzando nuestra economía en una subida en vertical como ocurre ahora en esos países nórdicos.

Pero siguiendo con esta reiterada actitud pasiva del actual gobierno, esperando que la locomotora alemana pilotada por Ángela Merkel le haga de inercia, tenemos crisis para rato, y como no soy economista adivino, yo diría que entre 3 y 6 años como para empezar a notar que la economía ya da algún tímido síntoma de recuperación. En consecuencia, lo que creo que hay que hacer para salir cuanto antes de la crisis, en cuanto se refiere al mercado inmobiliario, es seguir bajando los precios por lo menos un poco más de la mitad de lo actualmente están. Si no se hace, corremos el riesgo de que en nuestro país ocurra como en el Japón, donde las secuelas de la burbuja inmobiliaria hace ya unos 25 años que dura (apenas arranca la demanda en aquel país asiático, con un índice Nikkei de alti-bajos muy reducidos y casi siempre estancado, a pesar de su casi nulo tipos de interés) todavía no han conseguido estimular su recuperación y crecimiento económico, aunque la diferencia de España con Japón es que en comparación, en el país asiático los impuestos son muchísimo más bajos. Para que os hagáis la idea de los precios inmobiliarios en Japón, a finales de los años 80 la finca del Palacio Imperial valía más dinero que todo el territorio de un gran país como Canadá. Aquí en España el precio real de la vivienda es aproximadamente el 25% de lo que cuesta, el 75% restante es el beneficio de los listos especuladores que se beneficiaron de ello.

En estos momentos España tiene dos grandes problemas: grave endeudamiento público y privado (ese último en la forma de hipotecas y demás préstamos, por no incluir además los impuestos). Y para salir adelante del modo correcto lo que se debe de hacer es trabajar más para acabar de pagar las deudas de una vez por todas y crear riqueza. Y eso agravado por el problema del desempleo, gente que el estado debe de mantener y que además no produce esa riqueza monetaria que el país necesita para pagar sus deudas sea en forma de gasto doméstico o en impuestos. “Quant le bâtiment va, tout va”, reza el viejo proverbio francés, que indica que cuando rueda la hormigonera y los albañiles colocan los ladrillos, son multitudes los demás sectores económicos que se mueven ya que hacen circular los capitales de un lado para otro, creando trabajo, valor añadido, y riqueza para todos. Deben de bajar los precios de las viviendas, para que la gente pueda comprarlas y se pueda seguir construyendo. Y un dato clave voy a dar: el precio medio de una vivienda nunca debería de superar el valor medio de 10 años de sueldo del trabajador medio español, pues cuando sobrepasan esos límites, las cosas se están poniendo feas y es cuando empieza la especulación que enriquece a unos pocos y endeuda a unos muchísimos (que es lo que realmente ha ocurrido en España). Dicho de otra manera, el tramo de los 800-1500 euros por metro cuadrado no debería de superar de precio. Por otra parte el Estado no sólo debe de vigilar la especulación, sino que además no debería de consentir que subieran los impuestos hasta cierto límite (cuanto más bajos los impuestos, mejor para la economía del país, aunque a veces se den casos de que la riqueza está mal repartida). Esta sería la manera adecuada de hacer que todo el mundo pueda tener sus oportunidades de trabajo, aparte de atraer a todos esos capitales escondidos que se generaron durante la bonanza y que ahora no se asoman esperando a que se salga de la crisis para poder invertir de manera más segura. Esta es la manera, a mi modesto entender, de poder salir de la crisis.

Os dejo con dos interesantes enlaces sobre el tema inmobiliario aparecido hace pocos días, y más abajo otros dos enlaces donde podéis ver un ejemplo de cómo están los precios de los inmuebles en Estados Unidos, un país más rico y con sueldos más altos que en España, y podáis comparar lo engañados que estamos aquí en nuestro propio país:

http://www.cotizalia.com/vivienda/asegura-precio-vivienda-bajar-mucho-20101116-61192.html



http://www.cotizalia.com/en-exclusiva/banca-solucion-inmobiliario-precio-20101119-61338.html


http://estadosunidos.inmobiliaria.com/apartamento-en-miami-2-dormitorios-83m2-2-banos-F540563


http://estadosunidos.inmobiliaria.com/apartamento-en-orlando-2-dormitorios-94m2-2-banos-F593473



1 comentario:

Blogger dijo...
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