domingo, 7 de marzo de 2010

UN OLÉ POR LA FIESTA DE LOS TOROS, QUE HA DE SALIR POR LA PUERTA GRANDE



La coincidencia con el Día de la mujer, en este mes de marzo del 2010, me obliga a escoger como portada la fotografía de la faena taurina de Cristina Sánchez en mi publicación de hoy sobre el cuestionado mundo del toreo español.

Cuanto más incompetente e inepto es un gobierno, más prohibiciones impone; cuanto más honesto y eficaz, más se impone el sentido común que no tiene necesidad de inútiles leyes. En su senda de constante recorte de las libertades públicas, sean subidas de impuestos, obligaciones de usar pesados cascos en las obras durante toda la jornada laboral, obligaciones de usar el incómodo cinturón en los coches, o el molesto casco con las motos (y pronto con las bicicletas también), la gilipollez del carnet por puntos, la prohibición de fumar, etc..., evidentemente estamos en el camino de tener menos libertades que en la época de la anterior dictadura. No teniendo bastante con suprimir toda una batería de libertades públicas, ahora hay algunos políticos que quieren abolir, además, la libertad de poder acudir a ver los toros, la máxima expresión de nuestra cultura popular: la Fiesta Nacional. ¿También van a prohibir el fútbol, el teatro, el cine, los circuitos de carreras de formula-1, las competiciones de hípica, la Vuelta Ciclista a España, La Feria de Abril, la libertad de bañarse por las playas en top-less, los burdeles, etc... por citar unos cuantos ejemplos?. Nuestro país es cada día menos libre, puesto que no tenemos ni tan siquiera libertad comercial, en la que cada uno pueda ir libremente a comprar por la noche, o en día festivo, como ocurre, por ejemplo, en Estados Unidos. Cada día tenemos menos libertades, pues los incompetentes políticos (que muy poco parecen saber sobre auténticas libertades) nos las van quitando una tras otra. Ya está bien de tantas prohibiciones y tantas tonterías, y hay que decir basta ya a los constantes recortes de las libertades públicas que padece nuestro oprimido país. Se hace preciso que se imponga el sentido común, y a quién, por ejemplo, no le gusten los toros, sencillamente que no vaya a verlos. Puesto que a nadie se le obliga a ir a ver los toros, igualmente a nadie debería de prohibírsele disfrutar de una tarde de corrida en la plaza de toros. Pero eso de prohibirle a un enorme segmento de la población a la que le gusta y le apasiona la fiesta de los toros, ¿es eso de sentido común?, ¿dónde está este país del que tanto se presume de ser tan libre?. Y ahora en el parlamento catalán se ha trasladado el debate de la prohibición de la fiesta de los toros, sobretodo por aquellos que lo califican de espectáculo cruel, sangriento, de maltrato al animal. Creo que hoy por hoy, en los presentes tiempos de grave crisis económica en que buena parte de los ciudadanos sufren problemas tales como el paro, el recorte de las pensiones, la subida de impuestos, y en definitiva de un coste de la vida cada vez más difícil e inseguro,...lo que deberían de debatir los políticos en sus parlamentos es buscar soluciones que seguramente pasan por abolir un buen montón de malas leyes, de suprimir impuestos, y de estimular a la inversión que indirectamente crea los empleos,.....en vez de formar cortinas de humo que distraen y confunden a la opinión pública de los verdaderos problemas al ser incapaces de ofrecer las adecuadas soluciones. Además hay que tener en cuenta que suprimir la fiesta de los toros, comporta también que se eliminen un buen montón de puestos de trabajo, que derivan de dicha fiesta, con lo mal que ya andamos de falta de empleos ( se podrían ir al paro toda una larga lista de algucieros, mozos de abrir la puerta toril -el chulo-, mulilleros, puntilleros, picadores, barendilleros, areneros, los ayudantes que acompañan al torero, personal de mantenimiento de la plaza, médicos y sanitarios, empleados de la ganadería del toro, los paparazzi y periodistas de la prensa del corazón tras la noticia de los últimos cotilleos que rodean por la vida familiar y sentimental de los toreros famosos, etc...). El toro es un animal genuinamente español, y de criarlo por su bravura, a ir a parar a la plaza de toros para la corrida, pasa por toda una cadena de diferentes puestos de trabajo; y los tiempos no están para arrojar a más gente al paro. Por otra parte, sospecho que más que quejarse del supuesto maltrato al animal, lo que en realidad se busca aboliendo la fiesta de los toros en Cataluña, es borrar todo vestigio que represente la españolidad, puesto que aparentemente no existe mayor manifestación de la cultura y el folklore español que la que representa la secular Fiesta de los toros. Y es que Cataluña es una parte más de España, con sus pueblos y ciudades con plazas de toros propias y con historia propia. Un tipo de fiesta popular, que incluso en países como la vecina Francia, tienen ciudades con grandes e importantes plazas de toros, que no tienen nada que envidiar a la de La Monumental, Las Arenas, Las Ventas, o La Maestranza, por citar unas cuantas, como lugares de encuentro popular. Aquí en la provincia de Girona (desde donde yo escribo el presente blog), la constante presión de los antitaurinos ha logrado que se perdieran las plazas de toros de ciudades gerundenses tan importantes como Olot, Tossa, Lloret,...e incluso la única que teníamos en la capital, para en su lugar construir unos dichosos juzgados que simbolizan la corrupción social, en vez de dejar lo que simbolizaba la cultura, el arte, y la fiesta nacional. ¿Es que ya nadie se acuerda del maestro Mario Cabré, y su historia con la actriz Ava Gadner, cuya escandalosa historia de amor por allá en los años cincuenta (que llegó a irritar al mismísimo Frank Sinatra, que tuvo que tomar repentinamente un avión desde Estados Unidos a España, para venir expresamente para darle una bofetada a Ava Gadner, por los celos que le daban su interés por los toreros), llegó a promocionar turisticamente la provincia de Girona, y con ello la Costa Brava, especialmente Tossa de Mar, escenario de las corridas del torero Mario Cabré?. El turismo español fue un gran invento que ayudó al país a desarrollarse y la promoción turística española debe mucho a la Fiesta de los toros, de modo que un fondo de corrida nacional era el letrero que ilustraba el famoso slogan mundialmente conocido de “Spain is diferent”. A este paso de suprimir la Fiesta Nacional, si no lo remediamos, vamos a perder la principal de nuestras tradiciones y raíces culturales. Se perderá con ello la magnifica, apasionada, y popular música de tono alegre y animado al son de los clarines y tamborilleros de las plazas de toros compuesta por el inimitable maestro Manuel de Falla (en eso no sé si me equivoco y me he confundido de músico). Se perderán las peñas taurinas de encuentros de aficionados y amigos del mundo del toro. Se perderá todo lo que representa la cultura del toro, y de lo que ello envuelve y deriva, tales como el flamenco, el cante, o los sonidos de guitarra al estilo de Paco de Lucia. Se perderá el sentido de ciertas pinturas de nuestro universal pintor Francisco de Goya, o de ciertas obras de literatura como la de Vicente Blasco Ibáñez “Sangre y arena” en la que se relatan la tragedia y amores del torero Gallardo y una joven bella mujer de la aristocracia, o el poeta taurino Federico García Lorca y su amigo el no menos famoso pintor catalán Salvador Dalí, otro de los amantes de los toros. Por no mencionar premios Nobeles como nuestro Camilo José Cela, célebres intelectuales como Miguel de Unamuno, o hasta incluso la misma Familia Real, especialmente en la persona de la difunta madre del Rey Juan Carlos, gran aficionada a los toros, también. Y no sigo con la lista de personajes ilustres y populares, extranjeros incluídos, porque se me haría interminable .Esas plazas de toros que tenemos extendidas por todos los rincones de España, unas pequeñas, otras grandes que parecen monumentos comparables a las catedrales, son los testimonios de este patrimonio y cultura tan española que es el toreo, y eso no se puede suprimir porque no les guste a unos cuantos señores que tienen asiento en el parlamento catalán, ese rincón del noreste español; es de muy poco sentido común no saber ser respetuoso con tradiciones seculares del pueblo español. ¿También van a suprimir los San Fermines con sus toros, la más importante fiesta de los navarros?.



¿Y qué decir de las relaciones y galanteos entre las muchachas y los mozos, en unos tiempos en los que sus posibles encuentros eran tan sólo en las plazas de toros, con sus mejores galas, con el significado popular que ello tenía en el juego de hacer la corte, y que de alguna forma todavía sigue vigente, con la tradicional mantilla española que de alguna manera trata de conservar como moda taurina en los actuales tiempos modernos la mismísima Cayetana, Duquesa de Alba, la más distinguida de las “Grandes de España”?. Curiosamente nuestra culta y famosa Duquesa de Alba de jovencita estaba enamorada secretamente de un torero; ha sido amiga y protectora de varios toreros, y ya de mayor ha llegado a ser incluso suegra de torero,...muy en línea con sus antepasadas las majas goyescas, y muy al estilo de una novela costumbrista más propia de Vicente Blasco Ibáñez. Ni las mujeres más grandes y liberadas de antiguos convencionalismos sociales ya superados, se resisten a la atracción y seducción de los toreros y los toros, pues es en la plaza en donde a muchas, dejando aparte la moralidad reprimida o retrogada vigente, se encontraban con quienes acababan siendo sus amantes. Entonces, por los muchos significados e historias que convella, ¿tiene sentido suprimir la Fiesta Nacional?. ¿Cómo hubiera sido una España sin toros, sin plazas de toros, y sin toreros?.



En cuanto a manifestación cultural del pueblo español, la fiesta nacional tiene un gran significado popular que ha elevado la faena del torero a la categoría de arte, en la que, por un marcado tiempo limitado, la lucha de esa especie de danza de la muerte entre el hombre y la bestia brava llega a adquirir una elegancia tal en la lidia, que ha apasionado a gentes de todos los estamentos sociales: artistas, intelectuales, reyes, aristócratas, gente común del pueblo,...todos reunidos en una plaza disfrutando del espectáculo del valor, la bravura, el arte y la elegancia, donde el torero con sus cuidados movimientos y pases se juega la vida ante una posible embestida de cornada al tiempo que tiene una ocasión de adquirir fama y fortuna en la que todos los asistentes a la corrida son partícipes y testimonios; y en contrapartida, el toro recibe una muerte limpia, libre y elegante, no esas sórdidas de matadero. ¿Eso es lo que quieren prohibir, apelando con especial hincapié que se maltrata al animal?. A decir verdad, muchos ignoran que el toro apenas recibe una muerte dolorosa: la parte superior donde el toro bravo suele recibir la clavada de banderines, las punzadas de la pica de la lanza, y por último la clavada de la espada por parte del matador para poner punto final a la lidia, son partes que apenas tienen terminaciones nerviosas, por lo cual el dolor del toro es mínimo, aparte de que el objetivo de la pica de la lanza y las clavadas de banderines son provocar esas heridas sangrantes que tienen la función de debilitar al animal en el tiempo limitado que ha de durar la lidia, ya que el toro con sus enormes y puntiagudos cuernos se encuentra en posición de superioridad al enfrentarse a muerte contra el torero que lo ha desafiado. Por esas razones es absurdo hablar de tortura, porque apenas hay dolor y sufrimiento como tal, aparte de que el toro se cría expresamente para morir en la plaza, pero con cierta categoría de dignidad, que nadie puede hablar de tortura, puesto que la tortura no agrada a nadie que se precie de civilizado, y el mundo del toreo es un mundo muy artístico, muy cultural, muy civilizado, muy refinado, muy elegante,....toda la antítesis del salvajismo, la crueldad, y lo bárbaro, aunque algunos no lo vean ni opinen así.



Es también la fiesta de los toros la oportunidad que la afición española ofrece, para que cualquier interesado con un capote y una espada, vistiendo un traje de luces o campero, pueda tener la oportunidad de alcanzar la fama y la riqueza, esas dos cosas dificilísimas de conseguir en tan poco tiempo, ofreciendo su arte y su valor al público que acude a la plaza, con riesgo de perder la propia vida, que en esto último consiste la emoción y el enganche del toreo. Eso, claro necesita mucho entrenamiento y sufrimiento para llegar a adquirir ese nivel de arte, de destreza y de seguridad como para poder burlar a la muerte y al toro mismo en la lidia. Por eso el torero es también oficio o profesión, que se hace ( y no se nace), pero que una vez se domina, engancha totalmente por la enorme carga de profunda emoción que supone hacer frente a la muerte en directo en la persona del toro bravo en la enorme fuerza de sus dos cuernos. Aquellos son hombres que cada vez que pisan la arena de la plaza, saben que en ese día pueden morir, se encomiendan al Altísimo o a la Virgen, y están dispuestos a ello para merecer el honor de lo que son: toreros ; eso es un sentimiento tan respetable, tan por lo alto, la expresión máxima de la libertad personal, que ¿quienes coño son esos señores que se atreven a tener los cojones de prohibir los ruedos?, ¿qué tienen de ver las gilipolleces de la política, con algo que es arte, tradición y patrimonio cultural de todo el pueblo español?. Por eso los toreros son una raza especial, y el toreo una faena de las que por su significado del riesgo, engancha completamente a quien lo práctica, llegándose a convertirse en héroe, un ser que aparentemente ha perdido el miedo cuando sabe y es consciente de que tiene que lidiar a la muerte. Por eso los toreros son una casta de héroes, y los españoles con nuestro amor a la libertad, con nuestra pasión, con nuestro orgullo, siendo históricamente el pueblo más indomable del mundo, llevamos mucho de héroe dentro, y en cierto sentido nos sentimos también toreros. Necesitamos a nuestros héroes, y ver actuar a nuestros héroes en la plaza, pues de alguna manera nos sentimos reflejados en ellos, con ese espíritu de heroísmo y valor ante el sufrimiento, ante el miedo, y ante la muerte; y esa es una de las razones por lo que somos un pueblo que nos gustan los toros, el más bravo de los animales del mundo y exclusivamente español, y por eso llenamos las plazas, gentes de todas las condiciones sociales. A mi modesto entender, el mejor torero de todos los tiempos ha sido el maestro Manuel Benítez “el cordobés”, del que todos recordamos su famoso “salto de la rana”, con la osadía de saber meterse justo debajo del toro, desafiando a la muerte a la cara, por eso bien podemos decir del diestro Benítez, en ese lenguaje taurino, que todo él vale más que todo su peso en oro. Es a él, un chico andaluz huérfano sin estudios ni dinero, a quien se le debe la famosa frase a su hermana : “o te visto de luto, o te compro la mejor casa de Córdoba”, y a quien se debe también la famosa frase de “un kilo”, referente a que un kilogramo de billetes verdes de mil pesetas (que entonces la moneda en España era la peseta, no el inflacionista y nefasto euro de hoy en día) era lo que se llamaba al millón de pesetas (lo que hoy en día equivalen a 6000 escasos euros de poco valor, comparado con el de entonces con las pesetas –que ni siquiera pesan ya el dichoso kilo, término que ya ha quedado olvidado-). También destacaría el enorme carácter, personalidad, y arte de toreros como Rafael de Paula (el torero gitano), Sebastián Palomo Linares (que haría una película de toros con Marisol, la niña modélica de la época franquista), Luis Miguel Dominguin (el torero más seductor de los conocidos), Curro Romero “El faraón de Camas” (muy amigo de la Duquesa de Alba), Rafael Camino, Paco Ojeda, los Ordóñez, o los Rivera, etc...hasta llegar a los actuales como José Tomás, o el torero de la prensa del corazón Jesús Janeiro, alias Jesulín de Ubrique, cuya finca lleva el nombre del primer toro que mató que se llamaba “Ambiciones”, y filón de la industria de la prensa rosa y televisión sobre cotilleos amorosos y de familia, tipo fenómenos Belén Esteban, Campanario, Bazán, etc..., por no mencionar los líos de la Pantoja, ex esposa del torero Paquirri con cierto ex alcalde andaluz, o las historias de la desaparecida tonadillera de Chipiona Rocio Jurado con el torero de Cartagena Don José Ortega Cano.Y no alargo más la lista de destacados toreros, porque se me haría interminable. Y no sólo el torero es un arte para hombres, también han existido las mujeres torero en esos tiempos que se propone e impone la igualdad de género, siendo Cristina Sánchez la más famosa, aunque últimamente no son muy dadas las mujeres-torero; toda una novedad en un ambiente tan impregnado de orgulloso machismo español hasta el punto de que el diestro Juan Antonio Ruiz, alias Espartaco, llegó a decir: “jamás torearé para mujeres”.



En definitiva, el mundo del toro conlleva una historia muy inherente y arraigada a la cultura y folklore de todo el pueblo español, y es por eso que en vez de las ridículas gilipolleces de ciertos políticos catalanes, lo que se debería de hacer es respaldar y respetar la fiesta, la tradición y la cultura que representa el mundo del toro en la historia de nuestro país. Ya dice un viejo proverbio que “el placer de vivir y el placer de las fiestas son patrimonio de los pueblos felices”. No teniendo bastante con ahogarnos con impuestos, y siendo incapaces de buscar razonables y acertadas medidas para terminar con la lacra del paro, esos incompetentes políticos quieren ahora quitarnos una de las pocas alegrías que como pueblo tenemos: la fiesta de los toros. ¿Hasta dónde llegaran para seguir quitándonos nuestras libertades?, ¿de qué manera vamos a divertirnos, si nos quedamos sin toros y sin plazas? . Sólo me queda decir un bravo Olé, por nuestra España del alma y por los toros. ¡ Y que no nos quiten la fiesta!

PD.- Imagino que esta publicación no va a gustar a los antitaurinos, pero como nota de humor, y para que puedan reírse un poco, añado el siguiente video para que vean que incluso en las fiestas de las vaquillas, de tanta tradición en tantos pueblos de la España profunda, el mismo toro sabe mostrar su “arte” sacando unos simples calzoncillos a un aficionado a la berreada taurina en la plaza. Espero que os guste y os haga reír a los seguidores antitaurinos de mi blog, que no son sobrados. Por otra parte aclaro a todos que me gusta más buen cine, pero que prefiero más los toros al fútbol (que eso último ya de sí, más bien me aburre). Un saludo y suerte a todos, y que me perdonéis los antitaurinos, pero yo me inclino por el respeto, vigencia y conservación de nuestras tradiciones de siempre, que van inherentes a la causa e Historia de España.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

yo tengo umucho interés en hacer alguna actividad taurina, a ver si en mifas tu que estas hacéis algo de toreo adaptado. Ya diras algo, vale. Un abrazo, me gusta mucho tu blog porque dices cosas muy bonitas y pones fotos de gente en pelotas.
Bueno, un admirador
siempre tuyo.

Anónimo dijo...

¿Cultura? Si eso es cultura, el canibalismo es gastronomía. Si nadie llevase casco o nadie se pusiera el cinturón, habría muchos más muertos de los que ya hay. Si apreciases la vida, no te quejarías por eso.

El matar a un ser vivo por diversión, NUNCA será un arte o un acto de "Interés Cultural". No se prohiben las corridas, lo que se prohibe es la matanza de estos animales. No solo hay que ver el lado malo de las cosas.

Blogger dijo...
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