jueves, 8 de octubre de 2009
EL ABRAZO DEL REY LEÓN
Aunque también existen unos pocos peligrosos animales asesinos, comúnmente los animales se diferencian del ser humano que no tienen esos instintos asesinos, y por eso son más queridos por el propio ser humano, que el ser humano a su propia especie. “Cuando más conozco al ser humano, más amo a mi perro”, decía el filósofo alemán Arthur Schopenhauer ”. El cariño por los animales está tan estrechamente unido a la bondad del carácter que puede afirmarse con seguridad que todo aquel cruel para los animales no puede ser un hombre bueno”, esa es también otra cita de Schopenhauer. O el dicho casi proverbial que se dice sobre los ingleses: “es un país donde se ama más a los animales que a las personas”. Coges a un animal en unas condiciones de abandono o malherido, lo cuidas, y te lo agradecerá; haces lo mismo con el ser humano, y las posibilidades de desagradecimiento son muy elevadas, y eso una y otra vez, aunque le perdones o lo vuelvas a coger cuando ha caído en desgracia. De modo que en muchas ocasiones el ser humano representa el peor de los animales de la Creación, al mismo tiempo que suele ser el más inteligente, cosa que le ha permitido dominar y elevarse por encima de las otras especies, así como de la propia dominando a otras personas.
Los leones son como una especie de gatos gigantes: pueden llegar a medir lo que dos personas una encima de otra. Los leones machos, casi doblan en tamaño a las hembras, aparte de que son poseedores de una distinguida melena. Aunque el resto de los felinos suelen vivir en solitario, los leones prefieren más hacerlo en manadas. Normalmente una manada suelen formarla unas 20 leonas hembras con sus cachorros, y un par de machos dominantes. En este aspecto el hombre suele parecerse bastante al león en ese instinto de poseer varias hembras a la vez. De modo que los leones machos suelen vivir solos, o junto con otros machos, hasta que logran formar su propia manada. Normalmente son depredadores carnívoros, que apenas atacan al ser humano, a no ser que estén enfermos, heridos, o tengan escasez de comida. Cazan solos o en equipo, acechando en silencio a otros animales, a menudo durante mucho rato. Luego atrapan a la presa con sus grandes garras, y la mata de un mordisco en el cuello con sus largos y cortartes colmillos, para partirle la traquea, el órgano vital de la respiración. Curiosamente en las manadas, las que practican la caza son las hembras, pero permiten que coman primero los machos dominantes. Y no sólo ronronean o rugen, sino que también en caso de peligro suelen enviar señales físicas con la mirada o con la expresión contraída de la cara con las orejas apretadas en si, el aviso de que van a atacar o defenderse, como una advertencia de que el rival se retire o se expone a ser atacado si invade lo que considera su territorio, de modo que no puede ser un animal asesino, sino que cuando caza lo hace para sobrevivir, y ello implica la necesidad de matar para procurase la comida.
Os adjunto un interesante video en el que podéis ver lo agradecido que puede llegar a ser un león, el más salvaje y mejor de todos (por algo le llaman “el rey de la selva”), cuando se le ha salvado la vida y cuidado: un original abrazo de león. Lástima que los abrazos de los humanos, en su gran mayoría son de “Judas”.
No obstante, un afectuoso abrazo por mi parte, para mis seguidores de mi blog.
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