Un millón de euros vale una foto realizada por el fotógrafo Kevin Abosch, que
entre sus clientes tiene importantes multimillonarios a los que les gusta la
foto artística.
Y no es que sea la más cara, ya que la más cara que se
conoce se vendió por 6,5 millones de dólares por el artista Peter Lik, una foto
que tituló "Phantom".
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Kevin Abosch |
Se dice que el 1% de la población del mundo tiene tanta o más
riqueza que el 50% restante, con lo cual incluso dentro de ese 1% hay gente tan
podridamente rica de dinero que se puede permitir cualquier capricho soltando
inconscientemente cantidad de millones igual como cualquiera de los mortales más
normales suelta los céntimos de menos valor de su calderilla sobrante. Cosa que
hace que la estupidez de los afortunados asquerosamente ricos pueda convertirse
en el negocio de otros más listos que saben aprovecharse de ello, ya que en
este mundo cada cosa vale lo que otro está dispuesto a pagar por ella.
Se supone que una obra de arte habrá costado su trabajo,
pero no hasta el loco nivel que le otorgue un caprichoso podridamente rico. Porque
considerando bien, esas sumas son muchísimo dinero que se podría utilizar para
otras cosas más inteligentes, beneficiosas, productivas, útiles y racionales,
como por ejemplo becar a algunos estudiantes, destinarlos a investigación de
una determinada enfermedad, construir un hospital, escuela o biblioteca en un
pueblo donde buena falta haga, o cualquier cosa que pueda beneficiar en
positivo a cualquiera de otros de sus semejantes que lo necesiten.
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Phantom |
Creo que está muy bien que algunas personas hayan tenido
mucha suerte en su vida y hayan conseguido amasar cantidades sobrantes de
dinero en mayor cantidad de la que necesitan para vivir una vida decente y con
todas las comodidades. Pero quien tiene esa suerte, no debería de olvidar que
también se debe a sus semejantes menos afortunados, y que debería destinar
parte de esa riqueza que le sobra a que los demás también puedan prosperar y
mejorar sus vidas de un modo decente y productivo. Porque entre tomar una
actitud u otra con el dinero, rebela el nivel de estupidez por un lado y el
sentido común por el otro, por no decir la generosidad o el inútil despilfarro
absoluto.
Pero, como ya se sabe, de todo hay en los inescrutables
caminos de la viña del Señor.
Por cierto, precios aparte, las fotos muy majas, con buen
sentido artístico (cabe reconocerlo).
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Peter Lik |
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