domingo, 8 de marzo de 2009

MI REFORMA DEL MAS ROCA

El mas Roca se encuentra en zona rústica, adentrándose en un camino de campo, en el municipio Esponellà (comarca catalana del Pla de l’Estany).

Es una masía con largas raíces históricas, pues según documentos antiguos, su construcción se remota al siglo XII. Y ya sabemos que la construcción de masías dispersas por todo el territorio catalán, fueron los testimonios del modo de vida de una pujante pagesia (el estamento campesino catalán), los propietarios familiares de las tierras, que vivían de la agricultura y la ganadería.

La familia Roca, de raigambre pagesa catalana, de la que todavía perduran tres generaciones: Eusebi (el abuelo), Llorenç (el hijo único), y Joan (si se sigue la tradición catalana, habríamos que decir “el hereu” –en catalán, el heredero-), hace unos años decidieron restaurar la masía familiar, iniciando un proceso de reformas por partes, puesto que la masía se encontraba en estado bastante ruinoso.

La primera fase consistió en sustituir el tejado viejo, por otro totalmente nuevo, respetando las formas rústicas anteriores, que se confió a una empresa de construcción del municipio.

Un tiempo más tarde se pasó a la segunda fase, la de la reforma final propiamente dicha de los interiores, aunque con bastantes retoques de los exteriores. Allí es donde entré yo. Ayudado por el propietario, el afable Lorenzo Roca (un hombre muy paciente y trabajador), y algunas veces también del hijo y del abuelo, me puse a hacer allí la parte gruesa de las reformas durante un período de aproximadamente 2 años, yendo a realizar los trabajos en los fines de semanas, especialmente en sábado y en algunos domingos, así como en algunas vacaciones escogidas, tanto de época navideña, Semana Santa, como estivales. Se hicieron varias paredes interiores de distribución, se aparedó las cajas y demás componentes de instalaciones de luz, teléfono, agua y radiadores, y se remolinaron prácticamente todas las susodichas paredes interiores. Se dieron forma a las ventanas con gruesas piedras cantoneras y dinteles, se colocaron los diversos bastimentos, tanto de ventanas, como de puertas interiores. Se dieron forma a algunos pilares de piedras. Se formaron y arreglaron paredes de piedras, y se rejuntaron, tanto en el interior como en amplias partes del exterior, y se rejuntó con mortero griffi-cal prácticamente todas las fachadas y se cepillo. Se colocó el pavimento de gres en tonalidades rusticas con predominio de un oscuro color marrón cerámico, así como los zocos que los envueltan, a juego con los gruesos cairats (vigas de madera) que rodean las habitaciones.

Se enrayolaron diversas habitaciones de aseos, así como se revestió de piedra artificial labrada y pulida paredes próximas a la cocina. Se impermeabilizaron exteriormente las paredes que tocan con la tierra del suelo. Se construyó un fuego a tierra a base de chimenea de hierro y ladrillo refractario, aparte de las chimeneas del tejado propiamente dichas. Se construyó las escaleras de los interiores de la masía, en base a peldaño de buena madera resistente y rayolas a juego con el pavimento del suelo de toda la masía. También se construyó una escalera exterior a base de gres exterior y piedra, que da salida a un amplio patio pavimentado en hormigón de color amarronado, y rodeado de fuertes muros de piedra, así como de alguna escalera hecha con escalones de vigas rectangulares de madera curada para jardines. Asimismo, la entrada principal del mas cuenta con un pavimento exterior de gres, y la de la entrada del mas, está compuesta por un tipo de gruesa e histórica rayola que hace siglos fue manufacturada, y que ya contenía la propia masía. Y para acceder a ella, la masía cuenta con una larga rampa pavimentada en hormigón, así como un amplio espacio para aparcamiento y juegos.
Toda la masía fue hecha con gran amor, y supervisado con acurado detalle por el propietario, que es el reflejo del muy ponderado buen gusto de su dueño. Dentro las habitaciones son de diferentes colores, y dan un ambiente muy romántico, lo cual lo hacen el lugar ideal para pasar una inolvidable noche de enamorados. Además tampoco descuida detalles como alguna artística forma escultórica de ferralla vieja exterior que da un mejor aire rustico al mas, así como la colocación de branas metálicas en el enorme muro de piedra exterior que salvaguarda al mas y que es testigo de que en otra época aquello fue una masía unida en otra ala, y que formaba una unidad de residencia mucho más amplia.
A diferencia de la otra masía que aparece en mi blog, esa masía está hecha de durísimas piedras procedentes de la ribera del Fluviá, un río que pasa muy de cerca. Siendo la piedra dura el mejor material de construcción, garantiza la perdurabilidad de la masía por varios milenios de más sin que apenas pueda llegar a afectarla la corrosión y la erosión, puesto que las piedras con las que está hecha el mas, son de las más duras que puedan encontrarse en la naturaleza, muy difíciles de partirlas, cortarlas y de romperlas. Eso le añade un muy importante valor añadido para, casi puede decirse, la eterna conservación para muchos siglos.

Actualmente la hermosa masía tiene funciones de turismo rural, y la podéis encontrar por la web de internet www.masroca.com, en donde tendréis información más amplia sobre ella. No dejéis de visitarla, porque es de las mejores, de las más cuidadas, y de las mejor acogedoras que podáis encontrar por toda Cataluña, además se encuentra en un lugar muy tranquilo, lejos de aglomeraciones, el lugar ideal para refugiarse en solitario con la familia o los amigos, y de paso disfrutar de las peculiaridades que ofrece la comarca, a muy pocos kilómetros de desplazamientos. Es el lugar adecuado para darse una escapada y descansar unos días con plena y total tranquilidad.