domingo, 1 de marzo de 2009
MI CONSTRUCCIÓN DE LA MASIA DE MAS SOLARIC
A la entrada del pie de la subida de la llamada urbanización Casellas d’Avall, a la izquierda, en la zona de Usall, en el municipio de Porqueres, en un interior de zona boscosa, se halla el Mas Solaric, una lujosa masia de turismo rural, restaurada con las mismas piedras procedente de los derribos de lo que fue en el mismo lugar una pequeña i ruinosa masia.
Prácticamente el 95% de las piedras allí colocadas, fueron colocadas por mis manos, en un tiempo record de unos 6 meses: desde la última semana de diciembre del año 2006, a finales de junio del 2007, en pleno apogeo de la actividad constructora, previa a la actual crisis que ha hundido el sector de la construcción. Aunque también participé en la construcción y colocación de algunas grandes y gruesas vigas de madera, algunas cornisas de las fachadas, y algunas chimeneas del tejado, pero tan sólo voy a concentrarme en la colocación de las piedras.Las piedras son las mismas que lo fueron de la antigua masia, sólo que con algunos retoques: el deseo expreso del propietario, eran que las piedras tuvieran forma de lados rectangulares o cuadrados, por lo que prácticamente todas las piedras tuvieron que pasarse por radial para poder darles esa forma, cosa que costó tragar mucho polvo y hacer bastante de picapedrero. Las piedras de los lados de puertas o ventanas, las colocaba con un sistema de agarre de sargentos, ayudado por un peón, y los dinteles eran colocados con la ayuda de la grúa de los camiones, aprovechando que traían los materiales a la obra. Detrás de las piedras, lo que quedaba de las gruesas paredes eran hormigón armado hidrófugo (para impedir el paso de humedades y de agua), seguido de una capa aislante de poliuretano, y unos gruesos bloques de material de cerámica termo-arcilla, con buenas propiedades aislantes.
Las piedras procedentes de la misma zona de Usall ( Porqueres ), no solían ser excesivamente duras, pero si producían muchísimo polvo al ser cortadas con radial, haciendo muy penosa la tarea. Las piedras de los lados de ventanas y puertas, solían ser de la llamada famosa piedra de Banyoles, un material pétreo no muy pesado, y bastante poroso, lo que permitía ser levantado por un par de personas, a pesar de su enorme peso y volumen. La mezcla con la que unir las juntas de las piedras era un material típico en la actualidad para la construcción de fábricas de piedras rústicas, consistente en 4 unidades de arena, una unidad de griffi, una unidad de cal, y aproximadamente la sexta parte de cemento portland de una unidad.Como ya he dicho, la masia fue construida en pleno apogeo del sector de la construcción, y por decir algo, no disponía de mucha bastida (ya que las bastidas se encontraban repartidas en muchas otras numerosas obras), lo que tuvo que hacer uso de la imaginación, racionalizando el uso de las bastidas para hacer cada parte de cada fachada, y la parte más alta haciéndola con bastida desde el interior mismo de la vivienda. Fue un trabajo muy duro y difícil, donde la falta de adecuadas bastidas con la que trabajar bien, el polvo, la pesadez de las piedras,…todo conllevó su dificultad, pero las fotos que adjunto, ya hablan por si solas de su resultado final. Hoy por hoy, es un reto que no volvería a repetir por ser un trabajo muy duro, cansado y penoso, pero que ha quedado en mi haber.
Y la limpieza de las juntas y las piedras se hacían con unos cepillos metálicos, cuando el fraguado y secado ya permitía las condiciones de hacerlo.
No obstante, durante un período de unos dos años, durante los fines de semana, restauré y reconstruí otra masía a la cual le tengo mucho más cariño: el Mas Roca, de Esponellà, de la cual hablaré y mostraré en otra futura entrada de mi blog.
Prácticamente el 95% de las piedras allí colocadas, fueron colocadas por mis manos, en un tiempo record de unos 6 meses: desde la última semana de diciembre del año 2006, a finales de junio del 2007, en pleno apogeo de la actividad constructora, previa a la actual crisis que ha hundido el sector de la construcción. Aunque también participé en la construcción y colocación de algunas grandes y gruesas vigas de madera, algunas cornisas de las fachadas, y algunas chimeneas del tejado, pero tan sólo voy a concentrarme en la colocación de las piedras.Las piedras son las mismas que lo fueron de la antigua masia, sólo que con algunos retoques: el deseo expreso del propietario, eran que las piedras tuvieran forma de lados rectangulares o cuadrados, por lo que prácticamente todas las piedras tuvieron que pasarse por radial para poder darles esa forma, cosa que costó tragar mucho polvo y hacer bastante de picapedrero. Las piedras de los lados de puertas o ventanas, las colocaba con un sistema de agarre de sargentos, ayudado por un peón, y los dinteles eran colocados con la ayuda de la grúa de los camiones, aprovechando que traían los materiales a la obra. Detrás de las piedras, lo que quedaba de las gruesas paredes eran hormigón armado hidrófugo (para impedir el paso de humedades y de agua), seguido de una capa aislante de poliuretano, y unos gruesos bloques de material de cerámica termo-arcilla, con buenas propiedades aislantes.
Las piedras procedentes de la misma zona de Usall ( Porqueres ), no solían ser excesivamente duras, pero si producían muchísimo polvo al ser cortadas con radial, haciendo muy penosa la tarea. Las piedras de los lados de ventanas y puertas, solían ser de la llamada famosa piedra de Banyoles, un material pétreo no muy pesado, y bastante poroso, lo que permitía ser levantado por un par de personas, a pesar de su enorme peso y volumen. La mezcla con la que unir las juntas de las piedras era un material típico en la actualidad para la construcción de fábricas de piedras rústicas, consistente en 4 unidades de arena, una unidad de griffi, una unidad de cal, y aproximadamente la sexta parte de cemento portland de una unidad.Como ya he dicho, la masia fue construida en pleno apogeo del sector de la construcción, y por decir algo, no disponía de mucha bastida (ya que las bastidas se encontraban repartidas en muchas otras numerosas obras), lo que tuvo que hacer uso de la imaginación, racionalizando el uso de las bastidas para hacer cada parte de cada fachada, y la parte más alta haciéndola con bastida desde el interior mismo de la vivienda. Fue un trabajo muy duro y difícil, donde la falta de adecuadas bastidas con la que trabajar bien, el polvo, la pesadez de las piedras,…todo conllevó su dificultad, pero las fotos que adjunto, ya hablan por si solas de su resultado final. Hoy por hoy, es un reto que no volvería a repetir por ser un trabajo muy duro, cansado y penoso, pero que ha quedado en mi haber.
Y la limpieza de las juntas y las piedras se hacían con unos cepillos metálicos, cuando el fraguado y secado ya permitía las condiciones de hacerlo.
No obstante, durante un período de unos dos años, durante los fines de semana, restauré y reconstruí otra masía a la cual le tengo mucho más cariño: el Mas Roca, de Esponellà, de la cual hablaré y mostraré en otra futura entrada de mi blog.
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