lunes, 18 de octubre de 2010
ENEMIGO A LAS PUERTAS. CONSIDERACIONES SOBRE LA BATALLA DE STALINGRADO.
De todas las películas bélicas que he visto, quizás esta sea la más elaborada y la que más me ha gustado. Caben películas más realistas como La chaqueta metálica, Apocalipsis Now, Stalingrado, o Salvar al soldado Ryan, donde se expone la extremada y sufrida angustía enloquecedora que pasan los implicados en la guerra, muy diferentes a las películas donde la guerra se expone en un tono más desenfadado, como por ejemplo, aquella de "Los violentos de Kelly" con los actores clásicos de Hollywood, donde vemos a un sargento interpretado por Telly Savalas, con comentarios graciosos del tipo "mis muchachos llevan ya mucho tiempo sin ver a una mujer, y se van a volver locos", o los sarcasmos de John Wayne, en sus películas de "héroe" de guerra. La película del título que nos trata es del francés Jean Jacques Annaud, y argumenta sobre la resistencia de los soldados-proletarios soviéticos frente a los invasores nazis en la ciudad rusa de Stalingrado, casi tomada por los nazis, pero que las levas reclutadas desde todos los rincones de la inmensa Rusia todavía no ocupada por la bota hitleriana, tienen que frenar e impedir por la fuerza que los invasores germanos no se hagan con la ciudad que lleva el nombre del dictador ruso aunque en aquellos momentos tan sólo se disponía de un fusil y unos pocos cartuchos de munición por cada dos o tres soldados rusos, dado que la industria de guerra rusa en aquellas fechas de septiembre de 1942 no daba para más. Y eso atravesando el rio Volga, en unas barcazas indefensas que han de soportar los continuos y repetidos ataques de la aviación alemana.
Enemigo a las puertas
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En la escena de atravesar el gran río ruso mientras la aviación alemana trata de impedirlo, se ve la faena de los comisarios de prensa y propaganda del partido comunista ruso tratando de exaltar el patrotismo de los soldados en medio del drámatico fragor de la batalla, leyendo una supuesta carta de una madre rusa a su hijo, tal como se expone en la película:
"Volodta, hijo mío:
Ya sé, que es por nuestra Madre Patria que vas a dar la vida. Aquí todos sabemos que no retrocederás. Aquí todos estamos orgullosos de ti. Tu padre ha muerto. Tus hermanos han muerto. Vénganos de las hordas fascistas...."
...y entonces se sucede unas ráfagas de ametralladoras y bombas lanzadas desde los aviones alemanes contra las barcazas sobre el Volga que transportan a la orilla donde está Stalingrado a los desgraciados recién reclutados rusos.
Curiosamente también se hacia esta clase de propaganda dirigida a las amistades y familiares de los soldados en la retaguardia. Aquí podremos ver el supuesto ejemplo de la carta de un soldado ruso a un antiguo compañero de lucha, según disimuladas indicaciones de la oficina de propaganda rusa, y teniendo como escenario de fondo la batalla de Stalingrado. Como se ve en la película "Enemigo a las puertas", la consigna de la propaganda soviética era "el glorioso camarada Stalin ha dicho: ¡ni un paso atrás!", aparte de que la disciplina en las filas del Ejército Rojo era absoluta: de intentar huir o no avanzar los desdichados soldados rusos eran amenazados con ser abatidos por sus propias otras tropas de la retaguardia que tenían orden de disparar sin piedad contra los propios compañeros "cobardes, y traidores" que se batieran en retirada; esto último sirvió para evitar que las, ya de por si jodidas tropas soviéticas no desertaran, y eso incluso a costa de malgastar munición, que era muy escasa. Al final después de meses de asedio y de cientos de miles de cadaveres esparcidos por la maldita ciudad, cuando las tropas alemanas estaban rodeadas, se sabe que el Jefe Supremo soviético Josef Stalin hizo que sonaran en los altavoces el sonido del tic- tac de un reloj para desesperar aún más a los desmoralizados y semi-congelados soldados alemanes del general Von Paulus. Veámos ahora una de las cartas:
CARTA DESDE EL FRENTE DE STALINGRADO:
Querido camarada Boris:
Sé que te estás curando de tus heridas para volver al frente. Yo aquí despierto, aquí muero un poco todos los dìas en ese infierno. En el suelo de nuestra Madre Rusia. Cañones alemanes suenan antes del alba sin cesar. ¿ Recuerdas, camarada cómo solia ser todo antes ?. ¿ Recuerdas ?, juntos ibamos a la casa del tio Ivan todos los viernes despuès de trabajar. Bailabamos el salto ruso, y lo bailabamos bien.
El camarada Serguei tomaba wodka, como si no hubiera un mañana y Natasha siempre me miro con ojos coquetos. ¡ Pues vaya suerte que tengo !. Amigo, añoro esos dìas donde nuestra màxima preocupación era no caer borrachos en la tabena de Yuri Chernov. Si, esos eran días de gloria trabajando en la fábrica por un buen salario, viviendo bien. Y ahora todo se ha ido al carajo por culpa de ese Hitler.
¿ Te acuerdas, cuando nos reclutaron atendiendo a la llamada del camarada Stalin ?. Mamá se desmayó del susto, pero nos dijeron que era por una buena causa, por el mayor bien de la Madre Rusia, y no nos podíamos negar. Natasha se agarró fuerte a mi cuello y me dijo: "Quedate conmigo, vivamos juntos"."Tendremos una casa en el lago, sin guerras ni preocupaciones"."Solo tu y yo, cariño"-
Pero la fuerza de las ametralladoras, el miedo, la angustia, el frío, el hambre,y hasta la enfermedad, aquí en ese infierno es más fuerte que la del amor. Así que tome mi arma y municiones, y nos encontramos los dos aquí en aquel día inolvidable que atravesabamos el Volga. No olvides, no olvides cuando cruzamos ese maldito rio la primera vez. Los aviones alemanes se llevaron a muchos de los nuestros en esas malditas lanchas. El río se tiño de la roja sangre de nuestros camaradas caidos por ir en socorro de Stalingrado. ¡Qué suerte tuvimos de que no nos alcanzaran las balas aquel día!
Pasaron los días y nuestro alimento diario son los càdaveres de algunos camaradas no tan agraciados. Las ratas encuentran comida abundante, y este hedor a muerte me esta volviendome loco, camarada. Muerte, polvora y fuego es toda la macabra diversión aquí, en Stalingrado, donde todos los oficiales se llevan la mejor comida y abusan de todos nosotros sin ahorrarse insultos.
¡ Alegraos, soldados !, nos dicen los jefes comisarios. Le quitamos al Führer sus flancos. Ahora la ciudad es casi nuestra. Solo nos falta recobrarla. Y para ello aparecemos por los alcantilados, como topos recorriendo todas las oscuras, infectadas y apestosas cloacas de Stalingrado. ¡Maldito frío!, ¡maldita mierda!, ¡maldita guerra!
Y les gritamos a los alemanes: ¡ Escuchen esto, bastardos !, ¡ grabaos el tic-tac del reloj del camarada Stalin!,¡ reloj que predice vuestra muerte !. ¡ Estáis acabados,fascistas nazis de mierda !
Cada uno de esas ratas de Hitler yace inerte en el suelo, Troya cayó, Roma cayó, ¡ Pero Stalingrado no !.¡No caerá nunca!, ¡el camarada Stalin no lo consentirá!.Pero, ¿ Es que estan locos esos alemanes ?. Nosotros marcharemos hasta Berlìn, se que eso nos llevarà a la victoria.
¡ Pero yo solo quiero volver a casa ya !. No soy egoìsta ni cobarde, solo busco el bien de mi esposa y de mi familia. Esta guerra nos ha hecho más de lo que podemos aguantar. Mis manos estan desechas, y ya no puedo distinguir el sabor de las cosas, como si de repente ya hubiera envejecido treinta o cuarenta años adelante. Millones de esposas no volveràn a verlos jamás a muchos de nuestros camaradas caídos o mutilados. Pero yo no quiero morir.
Solo deseo abrazar a Nathasha y verla bien. Y cuando el cabrón del sargento-comisario me oyó decir eso, tuve que decirle con cierta verguenza: "por favor, señor sargento. No me apunte a la sien con su pistola. ¡ Yo solo quiero volver a casa, poder ver a mi mujer y a mis hijos pequeños !"
En realidad esta carta me la he inventado yo, aunque me inspiré en una mala traducción de un poema-carta de la oficina soviética de prensa y propaganda que me envio un amigo. Se sabe que todas esas cartas que escribían los soldados a sus amistades y familiares, eran incerceptadas y manipuladas a favor de la propaganda de guerra soviética, y que la censura se extendía por todo el basto territorio ruso controlada por cada una de las escalas de los comisarios del partido comunista. Y precisamente en esa película se ve el trabajo del comisario político de propaganda, aprovechándose de la fama de un francotirador ruso llamado Vassili Zaitsev, un experto ex cazador en fusiles, convertido en heroe y leyenda por obra y gracia de la maquinaria propagandistica rusa, en una guerra que cada calle se recuperaba palmo a palmo según los avances de los francotiradores. En realidad ese supuesto francotirador de la película, existió, y estuvo considerado como un simbolo y un héroe de guerra en la ciudad de Stalingrado.
La lucha de desgaste, la situación desesperada, el hecho de que se logra sobrevivir un día más, pero no se sabe si mañana se estará muerto ya, lleva a situaciones angustiosas, a soldados a darse a los pláceres fugaces del sexo-amor en estas situaciones extremas, como se ve en la fogosa escena de amor sexual entre la traductora y el francotirador, viviendo su particular noche apasionada, antes de dar paso al nuevo e incierto día de lucha y de combates, rodeados de enemigos por todas partes. Pues en aquella sangrienta guerra, aunque no se ve mucho en la película, también derramaron y sacrificaron su sangre cientos de miles de mujeres-proletario, enroladas en las filas del Ejército Rojo por orden del camarada supremo Stalin, y que contribuyeran en el esfuerzo de guerra de contener el avance del Führer alemán Hitler sobre la tierra rusa. Es curioso el detalle de que los rusos tenian cientos de miles de mujeres como soldados-proletarios, mientras que los alemanes o los norteamericanos, ingleses, franceses, o japoneses no emplearon a mujeres para luchar en sus frentes como combatientes. ¿Era que en una sociedad soviética, teoricamente las mujeres y hombres eran considerados como iguales?
Además, los rusos cuando son invadidos, son complicados de dominar y someter: tienen un invisible y eficaz aliado de siempre: "El General Invierno", que sin disparar ni un solo tiro, se ceba contra los invasores de la tierra rusa, cuyos habitantes conocen bien en su propio terreno las técnicas de la supervivencia contra el frío extremado. Napoleón Bonaparte tuvo que sufrir esas gravísimas consecuencias cuando pretendió someter a Rusia, invadiéndola. Por otra parte, esta ciudad de los Urales, llamada antiguamente Volgogrado, y por entonces con el nombre del dictador ruso Stalin, Stalingrado cuando Rusia era soviética, era clave y de gran importancia moral- psicologica entre el pulso personal entre Hitler y Stalin, de tal modo que el dictador ruso debe de mandar a un frío y despiadado enviado especial para que se hiciera cargo de la situación de resistir y recuperar la ciudad de Stalingrado, un hombre llamado Nikita Kruschev, que con el tiempo y tras la guerra llegaría a ser el sucesor de Stalin, tras imponerse en las tradicionales pugnas internas del aparato de los soviets por el poder, y que llegaría a negociar con el presidente norteamericano Kennedy para evitar el estallido de la tercera guerra mundial con el asunto de los misiles en de la bahía cubana de Cochinos. Pero eso ya es otra historia.
No obstante quisiera añadir algo interesante de la parte final de esa película, donde un derrumbado comisario político comandante Danilov (el jefe encargadado de la prensa y propaganda de Stalingrado), que tanto había luchado por una sociedad comunista y sin clases sociales, desesperado y en plena crisis ideológica, termina por decirle al héroe francotirador lo siguiente:"El hombre siempre será hombre. No hay un nuevo hombre. Nos hemos esforzado tanto por crear una sociedad equitativa, donde no hubiera nada que envidiar al vecino. Pero siempre hay algo que envidiar: una sonrisa, una amistad,... algo que uno no tiene y de lo que quiere apropiarse. En este mundo, incluso en un mundo comunista soviético, siempre habrá ricos y pobres. Ricos en dones, y pobres en dones. Ricos en amor, y pobres en amor." Esa era la lección aprendida en la vida, a lo que yo añadiría la inutilidad, miedo, barbarie y crueldad a la que llevan las dictaduras de cualquier tipo sean fascistas, comunistas,religiosas, o de cualquier otro signo contrario a las libertades.
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1 comentario:
Excelente! post
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