martes, 15 de diciembre de 2009

10 CENTIMOS POR LA NUEVA BOLSA DE CARREFOUR (QUE SE ROMPE REPENTINAMENTE)


En el anterior fin de semana, aproveché los paseos por los comercios, junto con la familia, ya que esos estaban abiertos los domingos debido a la cercanía de las navidades, y me acerqué al Carrefour de Girona, que hacía varias semanas que no visitaba, en donde quise comprar lo que necesitaba para la cena de la noche. Y después de pasar por la máquina registradora de la caja, y la dependienta me decía el valor a pagar, no me quedó otro remedio que decirle: “se ha olvidado de las bolsas”, y me dio una bolsa para llenar la compra al tiempo que me dijo 10 céntimos. ¿10 céntimos le respondí?....¿pero es que ya no dan bolsas?. Le entregué los 10 céntimos, pues necesitaba una bolsa con la que cargar la compra, y a la salida me fijé en los carros de la gente llenos de compras, pero sin bolsa. No sé si los carros de compra de la gente venían sin bolsa, para retener unos cuantos céntimos por la crisis, o si era por el cabreo que hacia que la gente no asimilara una compra con bolsas de pago. ¿10 céntimos por una bolsa?,...apenas pude reprimir por dentro el monumental cabreo que sentí, porque como suele ocurrir siempre que veo un precio en euros, la calculadora de la mente me lo calcula en pesetas y hago las comparaciones con su valor anterior, y 10 céntimos, suponen para dar un redondeo, 17 de las antiguas pesetas, y con ese dinero tenías para pipas y algunas chuchas de más. Y ese era el precio de una simple bolsa, que además era más delgadilla que las anteriores, presta a romperse al instante, pues no parecía soportar ni la cuarta parte del peso de lo habitual en ese tipo de bolsas. Me dije: a Carrefour no vuelvo nunca más a comprar, salvo que vuelvan las anteriores bolsas, y suerte que tenemos que en el resto de los supermercados (salvo algún que otro) todavía tienen el suficiente sentido común como para no suprimir las bolsas con las que llenar las compras de los compradores. Y a los que por la razón que sea no les quede otro remedio que ir a comprar a Carrefour, sea por la cercanía del supermercado, les aconsejo que en el coche lleven una buena provisión de bolsas sobrantes de los otros supermercados en el coche, pues ahora aparte de aprovecharlas en llenar las basuras, buena falta les hará para llenar la compra del ingrato supermercado. Me vino en la memoria que entre mis archivos informáticos tenia algo de propaganda en contra de Carrefour sobre el tema, que ahora lo inserto aquí para compartirlo con vosotros, y para que sepáis la verdad sobre las bolsas y el supermercado Carrefour. Lo siento por la multinacional francesa, pero es que ese tema de la supresión de las tan útiles y prácticas bolsas me ha cabreado como consumidor que necesita hacer compras básicas de necesidad diaria, aparte de que tampoco soy tan tonto como para que me deje engañar con esa demagogia del medio ambiente del que tanto se abusa y se manipula la opinión de los demás. Lo que me sorprende, es que además de no preguntar y consultar a los consumidores si les parecía bien la medida, tampoco los políticos ni los medios de comunicación han dicho nada en contra, ni se han puesto de la parte del consumidor, que como todos sabemos, es partidario del uso de las bolsas de plástico, por lo prácticas y útiles que resultan, y que no se creen ese especie de cuento de la lechera expuesto en plan “caca-culo-pedo-pis” , de que con ello se favorece al del ecologismo o medio ambiente. Ahí lo tenéis, y sacad vuestras propias conclusiones:


¿QUE SE ESCONDE DETRAS DEL REPENTINO ECOLOGISMO DE CARREFOUR? (“ECHALE UNA MANO AL MEDIO AMBIENTE” Y “BOLSA CACA”)

CARREFOUR no es una empresa altruista. Solo los mueve la rentabilidad de su negocio. El ahorro en su cuenta de explotación de millones de euros en bolsas de plástico. Aunque las bolsas ya nos las cobraban a los clientes al hacer la compra, en cada producto. Y a partir de ahora, con esta campaña “ecologista”, duplicarán su beneficio.

Antes, nos “regalaban” las bolsas, aunque su coste estaba repercutido en el precio del producto.
Ahora, NO descontarán el precio de las bolsas en el producto y nos venderán otras bolsas, que, seguramente también, marginarán con un beneficio que irá a su cuenta de resultados.
La procedencia de estas nuevas bolsas y su valor ecológico están, en todo caso, por demostrar.
Antes, debían “pagar” el Punto Verde a ECOEMBES, por la recogida selectiva de las bolsas puestas en el mercado (0,329 €/Kg.)
Ahora, se lo ahorrarán, ya que las nuevas bolsas que nos venden, no son reciclables.
Es obvio, que los intereses de CARREFOUR son mezquinos y bastardos.
Una jugada maestra de marketing económico-financiera para rentabilizar, aún más, su negocio, a costa de los de siempre, los consumidores.
UNA CAMPAÑA ECOLOGISTA
Pero CARREFOUR nunca ha sido ecologista.
Ellos son pioneros en el, “supuesto”, deterioro del medio ambiente a través de las bolsas.
Sus empresas raíces PRYCA y CONTINENTE, entregaban a sus clientes, en los años 80 al hacer sus compras, unas bolsas de plástico con mayor capacidad y espesor, bolsas que tenían más de un uso.
Paulatinamente y siempre por intereses económicos, fueron haciéndolas más débiles en espesor y con menor capacidad de almacenaje, hasta llegar a la bolsa que hoy conocemos, la mal llamada “bolsa de un solo uso”.
Sin embargo, todos los medios de comunicación, al unísono, están acompañando a CARREFOUR en su “ruin y bastarda” campaña publicitaria contra las bolsas de plástico, dándoles espacios en los telediarios, informativos, etc., de hasta 10 minutos de duración, con reportajes y entrevistas y en horarios de máxima audiencia. Y lo más grave, sin coste publicitario para CARREFOUR.
¿Pero que alternativas da CARREFOUR para sustituir las actuales bolsas de plástico?
Las “biodegradables compostables”
fabricadas por una multinacional, el GRUPO SPHERE, francesa, como CARREFOUR. Un monopolio del bioplástico. Estas bolsas no aportan nada nuevo y mucho menos positivo: O es que es bueno utilizar, en el primer mundo, grandes extensiones de tierra de cultivo para plantar patatas y poder fabricar, de cada una de ellas 3 bolsas, mientras en el tercer mundo la gente muere de hambre?. Su coste es infinitamente superior al de la bolsa convencional: Otros grupos de distribución de alimentación vende la bolsa convencional con una medida de 50x60 ctms. en 20 micras a 0,02 ó 0,03 euros/unidad. CARREFOUR vende una bolsa biodegradable de 42x50 ctms. en 20 micras a 0,3 euros/unidad; esto es 10 ó 15 veces más cara, si tenemos además en cuenta la capacidad de la bolsa. Para fabricar una bolsa de similares características en capacidad y resistencia se necesita más cantidad de bioplástico que de plástico convencional, ya que las propiedades mecánicas de los bioplásticos son inferiores.
NO es cierto que esta bolsa, por sí sola, desaparezca en 180 días. Para su descomposición necesita unas, muy específicas, condiciones medioambientales: de humedad y temperatura que hagan posible que unas bacterias las descompongan. Como experiencia propia diré, que una bolsa fabricada con fécula de patata, después de más de un año enterrada, sigue exactamente igual que el primer día. Las bolsas fabricadas con material biodegradable no son reciclables con el resto de los plásticos, con lo que, probablemente, tendrá un coste superior su recogida y selección para su reciclado. Hoy por hoy, no existe en el mundo materia prima suficiente de bioplásticos para abastecer, ni una mínima parte del consumo de bolsas de plástico.
Las de rafia o tejido no tejido
Todas estas bolsas están fabricadas en Asia, donde la mano de obra es muy barata y las condiciones de trabajo de hombres, mujeres y niños son infrahumanas. En España, como en el resto de Europa, sería impensable poder fabricar este tipo de bolsa por su alto coste de manipulación, ya que toda su confección es manual. Esta bolsa es imposible de reciclar, ya que está confeccionada con polipropileno y otros tejidos que hacen inviable su clasificación y posterior reciclado. Como muchos otros productos precedentes de Asia, estas bolsas no tienen Registro Sanitario, ya que las leyes sanitarias, en estos países, son muy permisivas.
LA CAMPAÑA PUBLICITARIA DE CARREFOR CONTRA LAS BOLSAS DE PLASTICO
¿Pero es lícita o necesaria una campaña publicitaria tan arbitraria, tan dura y deleznable como la que CARREFOUR han emprendido contra las bolsas de plástico? ¿Pero es lícito o necesario arremeter y ensañarse contra un producto, deteriorando la imagen del mismo y la de toda una industria española (11.000 puestos de trabajo directos y 325 empresas) para justificar un repentino y mal entendido “ecologismo”?. ¿Como es posible que la justicia permita que, con total impunidad, una empresa francesa, destroce en 3 días más de 50 años de industria de un sector, como el del plástico, que ha venido y sigue dando un gran servicio a la sociedad, creando riqueza y puestos de trabajo y dando al PIB español un aporte importante? ¿Como es posible que la fiscalía de este país permitan que se vayan de rositas quienes son capaces, por intereses mezquinos y canallescos, destrozar una industria con un argumento publicitario tan burdo y nefasto como:
BOLSA CACA ó ECHALE UNA MANO AL MEDIO AMBIENTE?
El marketing y la publicidad deben de ser usados con argumentos positivos que pongan en valor las virtudes de un producto, una empresa o un servicio pero ahora podemos comprobar, confusos e indignados, que en publicidad vale todo, incluso mentir descaradamente, para obtener un determinado resultado.
En definitiva, “El fin, justifica los medios”
Que le parecería a CARREFOUR, que de la noche a la mañana, aparecieran en el mercado español una ingente cantidad de bolsas de plástico con un logo que dijera: ¡ CARREFOUR CACA ! ¿Sería constitutivo de delito?. ¿Demandaría a los fabricantes? Si la ley ó la justicia permiten campañas publicitarias de ésta índole habrán abierto una puerta a la destrucción por la destrucción de muchos sectores, empresas, productos, etc....
NO PUEDEN QUEDAR IMPUNES.



1 comentario:

Joaquim Bonaventura i Ayats dijo...

las chuches estan a 19 euros el kilo, de manera que con 10 centimos ya no compras nada.