viernes, 6 de agosto de 2010

LA JUSTICIA, JUECES, FISCALES, ABOGADOS Y PROCURADORES.

Siempre he dicho que muchas veces la justicia no existe, y que tan sólo es cuestión de suerte. Y que la verdadera Justicia sólo la puede dispensar El que está arriba de todo en los cielos, el Ser Supremo Creador de todas las cosas.

Y es que el juicio en un tribunal es lo más parecido a un combate en el ring entre dos boxeadores: termina venciendo el más afortunado, y en eso me refiero al que presenta el discurso mejor preparado, las pruebas y los testimonios (sean verdaderos o falsos) mejor presentados. Por eso las más de las veces, en el fondo la cosa termina siendo un negocio con el que lucrarse unos cuantos listos a costa de las desgracias ajenas. Y por eso, a más edificios judiciales en un país, más se extiende la práctica de la corrupción. Por eso siempre es más útil una escuela donde enseñar verdades y valores positivos, que un juzgado cuya única finalidad es el gran negocio de unos y la desgracia de otros.

De todo ese embrollo, queda muy bien la explicación resumida que da el italiano Francisco Dominico Guerrazzi:
"Mientras un curial, con las espaldas gibosas y unas gafas sobre la nariz, hojea ávidamente un libro, a la luz de una linterna, buscando la palabra autorizada que sirva para sostener su asunto, y da con ella, su adversario, curial como él, jorobado y con anteojos, va papeleando a la claridad de un farol el mismo libro, a la caza de la doctrina opuesta, y la halla."


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