domingo, 18 de enero de 2009

LA MUERTE ES LA DONCELLA


Hace tiempo que quería hablar sobre la muerte, pero tan ocupado estoy siempre, que no encuentro tiempo para reflexionar a fondo sobre ella.


Recuerdo que hace muchísimo tiempo alguna vez leí algo sobre ella, referente al Felón, uno de los diálogos de Sócrates a sus discípulos en la cárcel, en la víspera de su muerte, escrito por Platón. En ella recuerdo que Sócrates decía que la muerte es la separación del cuerpo con respecto al alma., y que consideraba que el cuerpo era algo así como el envoltorio del alma, y en la que el alma era una manifestación de Dios, de la Divinidad, algo dotado de inteligencia y al mismo tiempo inmortal. Llega un momento que hemos de liberarnos de esta cosa llamado cuerpo, y dejar libre al alma, en la inmortalidad. Entonces, si no recuerdo mal, en palabras de Julio César, la muerte es un agradable sueño eterno. Aunque todavía no he entendido ni he profundizado ese sentido de la muerte de los antiguos romanos, que para ellos era un fin deseable, sobre todo si se llegaba a ella con todo el honor, con toda la dignitas lograda a lo largo de toda una vida.


Yo algunas veces he reflexionado y he llegado a la conclusión de que la muerte es algo deseable, algo que con el paso de los años, a medida que vamos adentrando en edad, cada vez la deseamos más y la tememos menos. La vida misma es lucha, algo agotador, totalmente desgastador, en la que por cada éxito antes se han padecido una larga lista de fracasos, en la que para avanzar cada paso conseguido, antes se ha retrocedido una inmensidad. Como dice el mismo adagio : “la vida es un valle de dolorosas lágrimas”. Son tantas las decepciones, los sufrimientos, el cansancio, que llega un momento que sobrevives a todo esto e inconscientemente estás deseando la llegada de la muerte, sumirte en ese sueño dulce, descansado y eterno al que se refería Julio César. Igualmente sabemos que inevitablemente algún día tenemos que dejar ese mundo y esa vida. Puedo entender que algunos se pasen la vida intentando detener a la muerte: actuando, comiendo, inventando, amando, rezando, luchando, incluso matando por sobrevivir,…pero…¿qué sabemos realmente sobre la muerte?. Sólo que nadie vuelve, que no se conoce ni un solo caso de resurrección. Pero llega un momento en la vida, en que la mente sobrevive a sus deseos, a sus ambiciones, a sus obsesiones. Cuando esas aspiraciones tuyas sobreviven a tus sueños, y cuando las pérdidas de la vida te dejan resignado, entonces tal vez pueda llegar a considerarse que la muerte termina siendo como un regalo, como el premio mismo de la vida, como algo deseable. Por eso no creo que a la muerte se le pueda representar como un terrorífico espectro descarnado cubierto de una negra y sucia túnica y empuñando esa guadaña que ha de segar tu vida, sino como una dulce, angelicial y hermosa doncella, como esa imaginaria hurí del paraíso que se promete a los buenos musulmanes. Por eso digo: LA MUERTE ES LA DONCELLA, la más hermosa, la más deseada,..y que bienvenida sea cuando llegue la hora. A mi me gustaria que cuando llegue mi hora, poder hacer algo parecido a lo que hizo el emperador romano Octavio César Augusto, que preguntó: ¿considerais que he interpretado bien la comedia de la vida?,...entonces si es así, por favor, ¡aplaudirme!. Y entonces ya estaria listo para ese largo y eterno paseo, con la más hermosa y deseada de las doncellas celestiales, la que ha de venir a buscarme.

1 comentario:

Anónimo dijo...

SI LA MUERTE ES ALGO DESEABLE ANTE LAS DIFICULTADES DE LA VIDA, ES UNA EXPIACION A LAS TORPEZAS TENIDAS O UN ESCAPE.
ANA