lunes, 13 de julio de 2009
¿DÓNDE ESTÁN LOS BILLETES DE 500 EUROS?
Desde que se impuso el euros, sabemos que sacaron siete modalidades de billetes : 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 euros.
Los cuatro primeros son los que siempre vemos, los más sucios y gastados, los que más circulan. Los demás, no sólo apenas se ven, sino que incluso en algunos comercios ni los aceptan, sobretodo el codiciado billete de 500 euros, que equivale a 83.193 de las antiguas pesetas, todo un sueldo medio mensual cuando la peseta todavía era la moneda de curso legal en nuestro país.
¿Qué sentido iban a tener billetes de tan elevado valor, para que al final no sólo no los aceptasen los comercios, sino que tampoco era agradable de llevar en el bolsillo de los ciudadanos normales?. Por un lado porque la gente lo necesita para sus negocios o pagos que requieren opacidad, y por otro porque el ciudadano medio no cuenta con la capacidad adquisitiva como para soportar llevar tan alegremente un billete que le cuesta todo un riñón mensual. De modo que a este billete de más alto valor de la zona euro, se le conoce en España con el nombre de los Bin Laden, ya que todo el mundo sabe que ese hombre es el supuesto cerebro que planeó el derribo de las famosas Torres Gemelas de Nueva York en un 11 de septiembre de 2001, pero nadie ha logrado encontrarle después de todos esos años.
Creo que el sentido de su existencia es para tener un papel con mucho valor monetario a mano, que facilite su circulación fuera de los medios convencionales, es decir, sin anotaciones bancarias o que consten de la manera que el fisco pueda detectarlos. Con las antiguas pesetas, un kilo de billetes de 1000 pesetas, eran exactamente mil billetes de mil, que sumaban un millón. Por eso cierto famoso torero de Córdoba, llamado Manuel Benítez, llegó a decir que quien tenía un kilo, ya era millonario. De modo que en billetes de 500 euros, para llegar por valor de las antiguas pesetas, tan sólo se requieren 12 billetes, cosa que cabe perfectamente en una cartera, y que llevando por lo menos 24 billetes de aquellos, es más que suficiente para pagarse un coche medio sin pasar por la mediación del banco donde consta la transferencia que avisa a hacienda cuando sus ordenadores detectan un movimiento por encima de los 3000 euros, o medio millón de las antiguas pesetas. Hoy día, un kilo de billetes de 500 euros, son aproximadamente 37 millones de las antiguas pesetas ( ya que cada billete morado pesa unos 2,25 gramos, y para llegar a un kilo en billetes de 500 euros, se necesitan más de 444 billetes del mencionado). De modo que si un maletín ligero soporta 5 kilos en billetes, y uno en el maletín propiamente dicho, representa que en un simple maletín se llevan unos 2223 billetes de 500 euros, que representan 1.111.500 euros (189.938.039 pesetas). Como si pudiera llevarse un gran capital en un simple maletín, para pagar, por ejemplo, gastos de la construcción de una gran mansión sin declarar, o de unos pisos normales. O simplemente para tenerlo guardado en una caja secreta, a resguardo de las garras de hacienda. Creo que esta es la razón de ser del preciado billete: ocupa muy poco espacio, pesa muy poco, pero representa un gran valor monetario. Y por si fuera poco, una estadística decía que en España están el 25% de todos los billetes de 500 de la zona euro, que se supone que ha servido para arreglar operaciones financieras encubiertas que requieren muchas cantidades de capital, como es el caso de las compraventas inmobiliarias.
La conclusión a la que llego es: hay que agradecer a los alemanes que exigieron los billetes de 500 euros, para no perder los que ya les tenían acostumbrados de 1000 marcos. De esta manera es posible manejar grandes capitales, sin los controles de hacienda, haciendo posible negocios y trabajos fuera de los círculos legales, pero que resultan muy beneficiosos para la economía. Y que los billetes de 500 euros seguirán siendo tan abundantes, y tan escondidos como Bin Laden, en tanto los países que operan con el euro no eliminen los impuestos, o rebajen considerablemente su peso fiscal. Algo va mal en la economía, y lo que va mal son la existencia de esa maldita cosa que llaman impuestos. La razón de ser del capital es crecer y obtener rentabilidad, y no conoce de impuestos, colores políticos, o trabajo legal o negro. El fisco es siempre el peor enemigo del capital, lo que en muchos casos le obliga a circular en lo que denominamos “dinero negro”; y es que el dinero no conoce de colores, sólo entiende de rentabilidades, sean como sean. Así que a nadie debe de extrañar que existan tantos billetes de 500 euros (muchísimos más que los de 10 euros), pero que prácticamente apenas no se vean en ninguna parte.
Los cuatro primeros son los que siempre vemos, los más sucios y gastados, los que más circulan. Los demás, no sólo apenas se ven, sino que incluso en algunos comercios ni los aceptan, sobretodo el codiciado billete de 500 euros, que equivale a 83.193 de las antiguas pesetas, todo un sueldo medio mensual cuando la peseta todavía era la moneda de curso legal en nuestro país.
¿Qué sentido iban a tener billetes de tan elevado valor, para que al final no sólo no los aceptasen los comercios, sino que tampoco era agradable de llevar en el bolsillo de los ciudadanos normales?. Por un lado porque la gente lo necesita para sus negocios o pagos que requieren opacidad, y por otro porque el ciudadano medio no cuenta con la capacidad adquisitiva como para soportar llevar tan alegremente un billete que le cuesta todo un riñón mensual. De modo que a este billete de más alto valor de la zona euro, se le conoce en España con el nombre de los Bin Laden, ya que todo el mundo sabe que ese hombre es el supuesto cerebro que planeó el derribo de las famosas Torres Gemelas de Nueva York en un 11 de septiembre de 2001, pero nadie ha logrado encontrarle después de todos esos años.
Creo que el sentido de su existencia es para tener un papel con mucho valor monetario a mano, que facilite su circulación fuera de los medios convencionales, es decir, sin anotaciones bancarias o que consten de la manera que el fisco pueda detectarlos. Con las antiguas pesetas, un kilo de billetes de 1000 pesetas, eran exactamente mil billetes de mil, que sumaban un millón. Por eso cierto famoso torero de Córdoba, llamado Manuel Benítez, llegó a decir que quien tenía un kilo, ya era millonario. De modo que en billetes de 500 euros, para llegar por valor de las antiguas pesetas, tan sólo se requieren 12 billetes, cosa que cabe perfectamente en una cartera, y que llevando por lo menos 24 billetes de aquellos, es más que suficiente para pagarse un coche medio sin pasar por la mediación del banco donde consta la transferencia que avisa a hacienda cuando sus ordenadores detectan un movimiento por encima de los 3000 euros, o medio millón de las antiguas pesetas. Hoy día, un kilo de billetes de 500 euros, son aproximadamente 37 millones de las antiguas pesetas ( ya que cada billete morado pesa unos 2,25 gramos, y para llegar a un kilo en billetes de 500 euros, se necesitan más de 444 billetes del mencionado). De modo que si un maletín ligero soporta 5 kilos en billetes, y uno en el maletín propiamente dicho, representa que en un simple maletín se llevan unos 2223 billetes de 500 euros, que representan 1.111.500 euros (189.938.039 pesetas). Como si pudiera llevarse un gran capital en un simple maletín, para pagar, por ejemplo, gastos de la construcción de una gran mansión sin declarar, o de unos pisos normales. O simplemente para tenerlo guardado en una caja secreta, a resguardo de las garras de hacienda. Creo que esta es la razón de ser del preciado billete: ocupa muy poco espacio, pesa muy poco, pero representa un gran valor monetario. Y por si fuera poco, una estadística decía que en España están el 25% de todos los billetes de 500 de la zona euro, que se supone que ha servido para arreglar operaciones financieras encubiertas que requieren muchas cantidades de capital, como es el caso de las compraventas inmobiliarias.
La conclusión a la que llego es: hay que agradecer a los alemanes que exigieron los billetes de 500 euros, para no perder los que ya les tenían acostumbrados de 1000 marcos. De esta manera es posible manejar grandes capitales, sin los controles de hacienda, haciendo posible negocios y trabajos fuera de los círculos legales, pero que resultan muy beneficiosos para la economía. Y que los billetes de 500 euros seguirán siendo tan abundantes, y tan escondidos como Bin Laden, en tanto los países que operan con el euro no eliminen los impuestos, o rebajen considerablemente su peso fiscal. Algo va mal en la economía, y lo que va mal son la existencia de esa maldita cosa que llaman impuestos. La razón de ser del capital es crecer y obtener rentabilidad, y no conoce de impuestos, colores políticos, o trabajo legal o negro. El fisco es siempre el peor enemigo del capital, lo que en muchos casos le obliga a circular en lo que denominamos “dinero negro”; y es que el dinero no conoce de colores, sólo entiende de rentabilidades, sean como sean. Así que a nadie debe de extrañar que existan tantos billetes de 500 euros (muchísimos más que los de 10 euros), pero que prácticamente apenas no se vean en ninguna parte.
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