domingo, 26 de julio de 2009
¡QUEREMOS EL PEÑON! ( reivindicando la roca española )
Porque es español, y para que España sea algo más grande. Esa era la iniciativa que llevó uno de mis compañeros de la EBG, en mis años de colegial, como muestra de lo sensibilizados que estábamos los niños con el asunto del peñón, por allá a principios de los años 70 del siglo pasado. Hoy día, los escolares de primaria, con las lecciones de Historia manipuladas, no saben ni lo qué es ese famoso peñón.
Hace unos días, visitó el peñón el ministro de asuntos exteriores Miquel Ángel Moratinos, pero dejando una ridiculez tal, que ni siquiera hizo eco en la prensa inglesa. El ministro no tuvo ni los cojones de reivindicar el retorno de Gibraltar a España, porque es de España; sólo fue allá para “cooperar” con los ingleses, toda una “traición” a los más de 300 años de reivindicación española.
Al principio aquello fue la colonia romana llamada Julia Caspe, en provincia romana de Hispania Ulterior. Luego los moros la invadirían y allí construirían un castillo, y se debe a los moros el cambio de nombre por el de Gibraltar. Durante la reconquista se recuperó, se construyeron algunas iglesias católicas y se poblaron de nacionales; hasta que el nieto de los Reyes Católicos, el emperador Carlos I lo hizo fortificar para que no volviera a caer en manos de los moros ni lo volvieran a asaltar de nuevo piratas de la talla del terrible Barbarroja, tomando el peñón la forma de un lugar totalmente españolizado, donde apenas quedaron vestigios de los moros. El último monarca de la casa de Austria, Carlos II, nombró heredero de la corona española en su testamento a Felipe de Anjou, delfín del rey Luís XIV de Francia, cosa que motivó el descontento de los monarcas Habsburgos que aspiraban al trono español por considerarse los parientes más directos, y abrió el paso a la guerra de sucesión. Poniéndose los ingleses de la parte del archiduque austriaco, con su poderosa escuadra conquistaron Gibraltar, por lo que al finalizar la guerra de sucesión, y al estar agotadas tanto económicamente como militarmente las potencias europeas beligerantes, por el Tratado de Utrecht de 1713 preparado por la Diplomacia Inglesa, acordaron repartirse territorios y delimitar nuevas fronteras, y con ello Gibraltar junto con la isla de Menorca, tuvieron la mala suerte de pasar a convertirse en colonias inglesas, a pesar de la oposición española. Durante prácticamente todo el resto del siglo XVIII, los españoles hicieron grandes escaramuzas y guerrillas para recuperar Gibraltar, con grandes pérdidas en hombres y materiales, puesto que los ingleses ocupantes del peñón, recibían toda clase de ayuda y apoyo militar por mar, ya que por entonces el Imperio Inglés era el dueño indiscutible de la mejor armada marina a nivel mundial, con una disciplina exageradamente férrea en los barcos, cuando imperaba el famoso artículo de guerra inglés.
Y así se quedó Gibraltar, como una pertenencia más del Imperio inglés, y con mucha importancia estratégica en su paso por el Canal de Suez, y por el control del Mediterráneo ya adentrado el siglo XIX, y hasta nuestros días. Desde entonces es la última plaza española que queda por reconquistar en la Península, que no terminó precisamente con la recuperación de Granada, como algunos creen.
Pero lo que no dicen los políticos y los periodistas es que los ingleses se empeñan en tenerla para ellos, más que ninguna otra cosa, por orgullo nacional, puesto que al pertenecer tanto Inglaterra como España en la OTAN, ya carece de sentido que siga en manos inglesas por su importancia estratégica territorial militar en el Mediterráneo. De modo que sólo les interesa por dinero, y obtener los negocios sucios que le puede proporcionar el ser la llave de la puerta de España. Han convertido al peñón en un paraíso fiscal, que absorbe el dinero de aquellos españoles que tratan de ocultarlo de Hacienda, y el gran bazar para el contrabando de todo aquello que pueden adentrarse en España, pero que dejan el dinero en el peñón, para beneficio de los ingleses, tales como drogas, bebidas, tabaco, televisores, ordenadores, y muchos otros variados productos de consumo. Por eso aquella es la mejor zona para el contrabando que busca sacar beneficio económico de España ¿Para qué iban a querer nuestro peñon los británicos, si no es para sacarle una gran ventaja económica, aparte del símbolo de tener alto el orgullo imperial inglés, frente a un pueblo tan destacado como el español?. A los ingleses les sienta bien tener la sensación de tener los pies puestos encima de los españoles. Pero todo eso ya es una razón de más, para que devuelvan el peñón a nuestro país, que tanta sangre ha costado de volver a reconquistar, y por esas largas razones históricas que justifican que Gibraltar ha sido siempre territorio español.
Es inútil hablar de conversaciones, contactos, iniciativas diplomáticas,...porque desde la época del tratado de Utrecht pasando por el franquismo y los gobiernos de distinto signo de la última democracia española, se ha intentado y repetido innumerables veces, con fracaso total por la parte española. Por eso el papel del ministro Moratinos ha sido totalmente ridículo, claudicando ante los argumentos de los ingleses, naturalmente contrarios a los intereses españoles. Incluso en una nación de menor importancia como es Panamá, los norteamericanos llegaron a comprometerse a devolverle lo que es su territorio pasado un tiempo, por reconocer el mismo presidente de entonces Jimmy Carter, de que el canal que une el Atlántico con el Pacífico, era territorio soberano que pertenecía a una república menor como es Panamá.
Si alguna cosa podemos aprender de las devoluciones de colonias inglesas a sus legítimos países, es sobre el caso de Hong Kong. A los ingleses, si las buenas palabras y las buenas intenciones no atienden a razones, sólo se les doblega por la fuerza, y por eso cedieron a los chinos hace poco más de diez años, antes de que se les cayeran encima, rodeada la colonia británica por un país poblado por millones de chinos, que veían a un incómodo intruso en su propia casa. Son muchos los intereses económicos, patrióticos y estratégicos que Gibraltar simboliza para los ingleses, y por eso temo que no se nos devolverá el peñón si no es por la fuerza, es decir, a través de una guerra. Si ellos fueron capaces de ir a un lugar lejano como las Islas Malvinas (ellos las llaman las Falkland), a defender a unos pocos ciudadanos ingleses que vivían entre pinguiños, y arrojar al invasor argentino, dominando como nadie las estrategias militares por mar, imaginemos lo que serían capaces de hacer por recuperar Gibraltar si el gobierno español tuviera el valor de recuperar el peñón por la fuerza. Por eso si Gibraltar no vale la vida de un inglés y ni de un español, la devolución del peñón puede que necesite esperar siglos, tal como ya nos vienen acostumbrados. Pero desde luego, Gibraltar ha sido, y será por siempre, territorio español, mal les pese a los británicos. Y a los británicos que me leéis, os digo: por favor, ateneos a razones y devolvernos el peñón, antes de que cualquier día pueda ocurrir que os lo tomamos por la fuerza. España, el país que más ama la libertad del todo el mundo, no puede seguir eternamente con esa espina clavada, y ni los ingleses, ni nadie en el mundo pueden seguir riéndose de nosotros a perpetuidad. Y, por supuesto, si queréis seguir rodando una segunda película de James Bond ahí en el peñon, ningún problema, ya que incluso nos promociona turísticamente. Y ya sabe usted, mister Bond, bienvenido de nuevo a la roca de España; el martíni se lo serviremos agitado, pero no revuelto, como bien sabemos que es su gusto.....; pero no olvide, el buen agente 007, que Gibraltar es territorio soberano que pertenece a la Corona de Su Graciosa Majestad Española.
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