sábado, 6 de agosto de 2011
LA ENVIDIA Y LOS EXTRAÑOS COMPAÑEROS DE CAMA
Hace unos días me llamó la atención la noticia por la prensa digital sobre el acto del sepelio del hijo de quien fuera ministro del PP, alcalde de Benidorm y Presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, muerto de una enfermedad que arrastraba desde su nacimiento a la edad de 22 años.
Dejando aparte familiares y amigos íntimos, en cuanto se refiere a gentes del mundo de la política tan solo asistieron el ex presidente Aznar y su esposa, el ex ministro Acebes, el ex presidente de Baleares Jaime Matas, y la ministro Leire Pajín, del PSOE y muy vinculada a Benidorm, entre otras escasas personalidades como el periodista Pedro J. Ramirez. Curiosamente no hubo ninguna representación del gobierno valenciano, ni del ex presidente Camps, ni de la alcaldesa de Valencia Barberá, ni de la cúpula del PP con el mismísimo Mariano Rajoy en la cabeza. Un acto deplorable que mucho dice de las mezquindades, falsedades y las envidias del mundo de la política, en la que los apoltronados sólo siguen las consignas de los jefes de fila de turno, con el miedo de fondo de “quien se mueva o se relacione según con quien, no sale en la foto”. Y la demostración simple de aquel famoso dicho de “la política hace extraños compañeros de cama”. Y un ejemplo más de la deplorable hipocresía interna dentro de los partidos, que hace más necesario que nunca que se den cuanto antes las listas abiertas en la que cualquier ciudadano pueda representar a su país sin pasar por la criba de los partidos políticos.
Una vez leí en alguna parte, que ya no me acuerdo, que una especie de proverbio rezaba que si al morir por lo menos cinco amigos vienen a te entierro, podías considerarte muy afortunado. Es una deplorable y amarga verdad, y en el caso del Sr. Zaplana, dado la importancia del personaje, lo es mucho más atendiendo la tan poca gente que haya venido a darle el pésame al otrora importante y poderoso político que fue en su momento. Hay gente con la que mantienes amistad durante varios años, compartes con ellos los buenos y malos momentos, procuras ayudarle cuando las cosas le van mal, y al final, el pretendido camarada no hace acto de su presencia en la ocasión que más lo requiere. Así son las cosas y esa es una de las amargas lecciones que da la vida.
Eso es algo que no sólo se da el en mundo de la política, sino que también se da en el mundo de la empresa, donde destacan las envidias y ejemplos como este nos dan que pensar sobre las cosas que se ponen en su sitio y que es muy difícil la amistad sincera entre supuestos compañeros de partido político o de empresa. Todos van interesados y todos se guían por quedar bien según les conviene a sus intereses personales, y por eso cuando hay dinero o poder por medio, las amistades pueden llegar a ser todas falsas, y las enemistades todas verdaderas. Se nota en sus dobles lenguajes, en el saludo que te niegan o hecho de mala gana, en el “mal de ojo” con el que te miran, el mal detalle de que no te agregen al facebook cuando les solicitas, y en todas las variedades de “maltrato psicológico” existentes, y todo sin que les hayas hecho absolutamente nada…lo cual dice mucho de las ruindades de ciertos personajes, que por si mi fuera, en otras circunstancias los aplastaba como vulgares cucarachas, a esos personajes tan ruines, tan bajos, tan mezquinos, tan cobardes, tan falsos y tan hipócritas,…una espécimen lamentablemente muy abundante por todas partes, vayas a donde vayas. A veces aquel viejo adagio de “tienes que querer muchísimo, para que tan solo te quieran un poquito”, ni tan siquiera vale, en un mundo tan dominado por la falsedad y la hipocresía. En definitiva el caso del entierro del hijo de Zaplana, todo un episodio como para el que reflexionar.
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