domingo, 31 de enero de 2010

HOY ALARGAN LA EDAD DE JUBILACIÓN A LOS 67 Y MÁS AÑOS, MAÑANA ESTAREMOS SIN PENSIÓN



Hola a todos. Tengo 47 años, nací a finales de 1962, y estoy en la incertidumbre de que no tengo claro si al llegar a los 65 años (¿o tendrá que ser a los 67 años, o quizás a los 70 como en tiempos de Franco, o quizás a más años?) voy a poder cobrar una pensión del Estado, cuando ahora por ahora ya llevo oficialmente cotizados casi 28 años de duro trabajo sin apenas haber recibido nada a cambio en toda esa vida laboral, y sin apenas hacer uso de los servicios públicos de sanidad, contribuyendo con mi trabajo a que otros sí puedan cobrar una pensión de jubilación y tengan servicio médico gratuito. Y que conste que no sólo llevo 28 años, sino muchísimos más años trabajando ya que algunos los tuve que trabajar en negro, por problemas de paro que también existían por entonces a principios de la década de los ochenta, aceptado el empleo que tuviera a mano, fuera irregular o no. Y ahora resulta que los politicos me retrasan mi derecho al descanso después de toda una vida de trabajo del que se han beneficiado todos los demás directa o indirectamente. Y por si fuera poco, ahora delante tengo un panorama de total incertidumbre laboral, con todos los riesgos de que un momento u otro termine engrosando las ya crónicas filas del paro.

Hace más de 10 o 15 años que a la vista de la pirámide de edades de la población de nuestro país, se veía venir ese problema de las pensiones, y nadie quiso hacer los deberes escamoteando el impopular tema, aparte de que por otra parte casi nadie ahorraba para la jubilación, sabiendo que de ello se iba a hacer cargo la Seguridad Social. Hoy por hoy, con las escandalosas cifras del paro, lo que teóricamente el país pediría es adelantar la edad de la jubilación (no alargarla hasta los 67 años y más como se pretende ahora), al objeto de ceder sitio para las generaciones más jóvenes, porque a la larga, para sostener una población jubilada, lo que hace falta es que exista mucha gente trabajando y generando esa riqueza que es de donde tiene que salir el dinero de las pensiones, no sostener como se pueda a base de impuestos a casi 6 millones de parados como tenemos actualmente, y otros tantos de funcionarios, y demás elementos parásitos de la población del país. En otras palabras: un sistema de pensiones sólo se sostiene si existe el pleno empleo, y apenas nadie voluntariamente en el paro.

Como que los políticos ya disponen de una jubilación privilegiada, son incapaces de ver las penalidades y los problemas que están pasando otras personas, sean empresarios en la cuerda floja, o parados. Aparte de que los funcionarios tienen un sistema privilegiado de jubilación ( el MUFACE, por ejemplo), que discrimina a los demás trabajadores que , por ejemplo, los autónomos que son los que más duro trabajan, son los que menos pensión perciben a la hora de jubilarse.

Estamos ante el peligro número uno de nuestro país: aunque los políticos digan que la Seguridad Social está tan sólida y saneada, no se puede seguir engañando por mucho tiempo, pues la lógica matemática no engaña nunca, y lo que nos indica esa última es que la prolongación de las expectativas de vida y al mismo tiempo la disminución de las tasas de natalidad hacen que cada dia hayan más jubilados y menos contribuyentes al fondo de pensiones. Y no incluyo la inmigración, que aunque algunos la ven como la solución, en realidad es una fuente permanente de problemas innecesarios para nuestro país. Se prevé que por allá a partir de 2020 por cada jubilado tan sólo habrá un trabajador en activo. ¿Se podrá sostener esto?, ¿no se producirá un conflicto generacional, con los jóvenes negándose a contribuir a un sistema del que casi seguro que no se van a aprovechar?. ¿La competitividad de una economía global de esos otros países que no tienen contribuciones a la Seguridad Social como China, India, EE.UU, etc..., no nos llevará a la propia autodestrucción del actual sistema al encontrarse no saber de dónde sacar el dinero?. Pensemos, también, que aunque los jubilados, que hasta ahora veían que año tras año se les subía la pensión, aunque fuera por una cantidad irrisoria, han notado este año que aunque se hable de nueva pequeña subida, se le han quitado por otra parte debido a la presión fiscal; y esos son los jubilados que actualmente con su pensión en muchos casos ayudan a sostener a sus hijos o nietos que sufren las consecuencias del paro.

Los políticos se llenan la boca con lo que la Seguridad Social se basa en un principio de solidaridad entre todos, pero la verdad es que es un sistema totalmente injusto e insolidario que discrimina a unos muchos y beneficia a otros pocos listos; y en consecuencia, algo debería de cambiar en esto. Creo que el derecho a jubilarse se debería de contemplar por los años trabajados y cotizados, y no por una edad biológica, aparte que la dureza de la profesión fuera factor determinante. No es lo mismo que se jubile un albañil, con gran desgaste físico, que un maestro de trabajo sedentario y largísimas vacaciones pagadas. Por otra parte siempre he considerado injusto que un albañil que debido a la dureza de la profesión acaba más desgastado físicamente esté obligado a jubilarse con 65 años, y que un guardia civil, con muchísimo menor desgaste físico, tenga derecho a hacerlo con 55 años. En realidad el sistema es totalmente injusto, aparte de que en este aspecto tenemos otro ejemplo de que los españoles no somos todos iguales ante la ley. Por otra parte, el actual sistema de cálculo también es totalmente injusto y discriminatorio, pues se basa en lo aportado en los últimos años, sin tener en cuenta otros años trabajados de más méritos que darían un resultado más ajustado.

Yo propondría que se tuviera derecho a jubilarse voluntariamente a partir de los 50 años, ya que si fuera antes, cualquiera se jubilaría eludiendo el trabajo. Y que el importe de la pensión a percibir estuviera estipulado con un cálculo proporcional en función de los años trabajados y los importes de las cotizaciones. Es decir, cobras por lo que has trabajado, por lo que vales, y por lo que has aportado,...que esto es lo justo, y no por otra cosa. Y por otra parte, no obligaría a nadie a jubilarse forzosamente, pues llegados a los 65 años, lo que propondría es que aparte de tener derecho a cobrar la jubilación correspondiente (que como ya he dicho, el importe debería de ser proporcional a los años cotizados y las cantidades de dinero cotizadas), se pudiera también tener derecho a total libertad para seguir trabajando, cobrando dos pagas, la nómina del trabajo, y la pensión a la que se tenga derecho por los años cotizados. Y ello porque toda persona que desee continuar trabajando es útil a la sociedad y con su trabajo sigue generando riqueza para el país.

Ahora bien, dado que la pirámide de edad nos indica que se puede dar el caso de que exista más gente jubilada que la que esté trabajando, habría que buscar el dinero para financiar las pensiones de otras partes. En Noruega, por ejemplo, los jubilados cobran una pensión valorada en aproximadamente 3000 euros mensuales, pero ¡ojo!: el dinero para financiarlo sale de los beneficios del petróleo que tienen en el Mar del Norte. Habría que replantearse, por ejemplo: ¿no podría sacarse el importe de las pensiones de los beneficios de peajes de autopistas, o sobre el consumo de electricidad industrial, o sobre unos impuestos a los artículos de lujo (por ejemplo, grandes coches todoterrenos de cilindrada que valen más de 60.000 euros) en vez de a través de cotizaciones de trabajo?. Porque en un mundo de economía y competitividad globalizada, nos daremos cuenta de que los impuestos se pueden poner sobre cualquier cosa, menos sobre los derivados del derecho al trabajo, puesto que si se grava con impuestos el trabajo, no se compite, y si no se compite no se genera ni el beneficio ni la riqueza de donde ha de salir el dinero que necesita nuestro país para sostenerse (y eso es un aviso que lanzo a cualquiera de esos políticos miopes para las reuniones de reforma de pensiones que van a exigir el famoso “Pacto de Toledo”). Por otra parte, en EE.UU., por ejemplo, buena parte de las pensiones salen de los fondos de empresa que formalizan los propios trabajadores dedicando a ahorro una parte de su salario. Es una práctica que sería bueno de recomendar y proteger por parte del Estado en nuestro país.

También se dice que la inmigración es muy necesaria porque aporta las cotizaciones que sostienen a los pensionistas. Nada más falso: en realidad perjudica mucho, porque absorbe muy buena parte de los recursos económicos del Estado que van a Sanidad, Educación, subvenciones, etc.., cuyo coste es muchísimo mayor que lo que escaso que aportan las cotizaciones de los inmigrantes. Aparte de con unas leyes actuales que le dan los mismos derechos de jubilación, lo que supone una carga más para el Estado que aumenta ese riesgo de quiebra del sistema de pensiones del que ahora por ahora ya empiezan a preocuparse empezando a alargar la edad de jubilación , y que a largo plazo supondrá cada día reducir más los importes de las pensiones, y hasta llegar al muy probable riesgo de que los que ahora estamos en edades por debajo de los 50 años no tengamos del todo asegurada esa pensión, puesto que el sistema no podrá soportarlo e inevitablemente quebrará un momento u otro. Considerando el sistema público de “bienestar social”, que más correctamente sería llamarlo de “malestar social”, debido al cada día más enorme peso de la presión fiscal, la inmigración y esas leyes de “efecto llamada a cualquier extranjero de cualquier parte del mundo” no hace ningún bien a nuestro país, puesto que quitan el escaso trabajo que teóricamente correspondería a los españoles primero; se llevan costosos servicios públicos de sanidad y educación que corresponderían a los españoles primero; se llevan el dinero del paro que corresponde a los españoles primero; provocan subidas astronómicas de las viviendas de alquiler ( lo que imposibilita a los españoles disponer de vivienda propia o de alquiler), y tanto las mentalidades o culturas diferentes, como las religiones diferentes, hacen una convivencia complicada, de modo que algunos barrios esconden una conflictividad encubierta que no se atreven a reconocer políticos y periodistas. La solución para solucionar el problema de la inmigración es imponer un fuerte impuesto sobre ella, por ejemplo hacer pagar el doble, el triple o más los impuestos a las personas que contraten inmigrantes o que alquilen viviendas a inmigrantes. De esta manera conseguimos tres cosas: 1.- que los inmigrantes paguen el coste del paro (que en parte, ellos mismos han causado al quitarnos los empleos a los naturales del país), 2.- que se reduzca el encarecimiento de la vivienda y de los servicios públicos (sean estatales, autonómicos o municipales), y 3.- que se propongan por sí solos marcharse de nuevo, ya que suponen un coste muy elevado para nuestro país (que necesita sanear sus cuentas públicas y reducir las cifras del paro) y una fuente permanente de problemas de convivencia (derivadas de culturas y religiones diferentes).

Hubo un tiempo en que los padres se preocupaban de dejar un país mejor para sus hijos, ayudándoles a encontrar empleo y vivienda. Hoy en día, cuando los hijos de aquellos ya se han hicieron padres, fueron creando un injusto sistema de “malestar social” que no sólo vamos a dejar deudas, y además acumulándolas, sino que vamos a dejar a nuestros hijos un país sin dinero para pensiones y soportando a gente extraña. Todos se llenan la boca con estupideces y nadie parece estar dispuesto a hacer nada, como si la consigna fuera que quien venga detrás, que arree. Porque no lo olvidemos, si hay que buscar a algunos culpables de todo ese malestar que hay y del peor que está por venir, no está en “la economía global” o la “especulación financiera que ha causado la crisis” como acusan algunos, sino que los primeros serían los políticos, sean de derechas, centro, izquierdas, nacionales o periféricos,....tanto por las malas leyes que han hecho, como por vender a precio barato la patria a extranjeros de cualquier parte, sin que pueda formarse ese sentimiento de patriotismo, orgullo y amor que tanto necesitan los naturales de nuestro propio y maltratado país.

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