jueves, 5 de mayo de 2011
PISTOLERAZO DE SALIDA PARA LAS MUNICIPALES 2011
Al principio de la llamada Transición (hace poco más de 30 años) algunos nos sorprendimos al ver qué personajes formaban parte de las primeras listas electorales (aquel paisano que conocíamos se presentaba para alcalde o iba en una lista para concejal), pero hoy en día ya todos aparentemente tras el cargo municipal van tras el dinero, ya que un ayuntamiento, con lo caros que son los impuestos, es un lugar con una caja de caudales permanentemente llena mientras se cobren esos impuestos. Y eso de que durante la anterior dictadura, los ediles que ofrecían servicio y representación a su municipio, en comparación a hoy en día, apenas cobraban nada de las arcas municipales. En un contexto de gravísima crisis económica y unas escandalosas cifras de paro que superan el 20% de la gente en edad de trabajar, y sin que todavía exista un sistema electoral de listas abiertas, más que nada, para los candidatos, de lo que se trata es de conseguir a toda costa el cargo municipal, por cuanto supone de sueldo y fuente de ingresos, que como siempre es a costa del contribuyente. En muchos casos son los ayuntamientos las mayores empresas del país, por ser la empresa más grande del municipio, por la cantidad de operarios en nómina, siempre que no existan en este municipio empresas grandes y bonitas (de las que se está bien, y se cobra bien, como las grandes multinacionales que muchas veces tienen los privilegios de los monopolios), en un país donde la inmensa mayoría de las empresas son pequeñas y medianas y tratan de sobrevivir, pese a la crisis. Basta ver que los interiores de los ayuntamientos se han convertido en amplias salas y despachos repletos de mesas burocráticas con sus respectivos funcionarios. Lo que ha llevado a que el cargo municipal sea algo muy apetitoso al ser una fuente de ingresos extra, y aunque la crisis ha llevado a los ayuntamientos a recaudar menos por cierres de empresas, comercios y bajada de los ingresos por tasas de obras y demás, intentan seguir recaudando de todos los lados subiendo los impuestos o, por ejemplo, ampliando las mal llamadas “zonas azules”, y de aquí la codicia recaudatoria como por ejemplo, las multas. Los alcaldes cobran miles de euros mensuales, igual que los concejales. Y como mínimo cobran lo que un funcionario medio, y en muchos casos sin hacer casi nada, salvo el de ser el titular del cargo municipal, porque ya se encuentran con casi todo hecho y montado. Y aparte cobran por asistencia a los plenos y demás asuntos de índole municipal. Y si es un alcalde de una capital de provincia o de cualquier municipio que tenga miles de habitantes, en muchos casos puede llegar a cobrar mucho más de lo que cobra el mismo presidente del gobierno. De modo que ser edil es un gran negocio del que se aprovechan. Toda la demagogia valdrá aquí con tal de conseguir el apetitoso cargo municipal. Y no es algo nuevo: ya lo decía uno de los más conocidos alcaldes que ha tenido España, el madrileño Enrique Tierno Galván: “¿para qué se presenta usted a las elecciones, si no es haciendo demagogia?”.
Pero pasemos a temas más serios: ¿cuáles son los principales problemas que afectan a los ciudadanos en el ámbito municipal, y qué es lo que debería de hacer un buen alcalde?.
En primer lugar, los principales problemas serían: los impuestos básicos municipales en todas sus modalidades: la factura de la basura, la de las contribuciones por vivienda, el impuesto de circulación del coche, las tasas por obras, el pago por aparcar en zonas azules, etc…, todos han ido subiendo constantemente a lo largo de los años, llegando a constituir un serio agobio para la economía familiar de los vecinos. Un buen alcalde procuraría ir bajando, abaratando, y hasta suprimiendo esos impuestos, pero este alcalde ideal parece ser especie en peligro de extinción. ¿Algún candidato prometerá bajar los impuestos en estas elecciones?
La falta de aparcamientos y la constante proliferación de zonas azules y de demás colores. Es un atentado contra la libertad ciudadana obligar a pagar por aparcar en una calle, incluso si eres vecino de la misma calle, aunque tengas el privilegio de tener derecho a ser un abonado de, por ejemplo, 1 euro diario, que al cabo de un año supone como haber pagado un caro impuesto de 365 euros al año. Un buen alcalde buscaría y distribuiría nuevos espacios para los aparcamientos, y suprimiría las impopulares zonas azules, que más que para una finalidad de rotación de los vehículos, supone un verdadero atraco a mano armada contra los conductores. ¿Algún candidato promete calles con aparcamientos libres y gratuitos?
Los servicios sociales como ambulatorios, guarderías o escuelas, que más que a cargo de los ayuntamientos, están obligados a ofrecer a la comunidad los gobiernos autonómicos y centrales. Un buen alcalde suprimiría esos costosos servicios a cargo de los contribuyentes de su municipio, y exigiría su cumplimiento y atención a las otras administraciones superiores que son las que están obligadas por ley. ¿Algún candidato está dispuesto a exigir esos servicios a las demás administraciones, o prefiere que se ofrezcan desde el ayuntamiento manteniendo una multitud de funcionarios y demás enchufes, pasando la factura a los vecinos en forma de impuestos excesivos?
Y dada la grave situación de desempleo, un buen alcalde procuraría todo tipo de facilidades para atraer inversores que hagan posible la creación y mantenimiento de puestos de trabajo en el municipio. ¿Algún candidato presenta un claro y creíble plan de choque contra el desempleo que sufren algunos vecinos?
Añadiría, por citar un ejemplo, que las mal llamadas farolas ecológicas, ahorradoras y sostenibles, apenas iluminan nada en las calles semi oscuras y las ponen a merced de cualquier maleante, y eso de que encima hay que pagarlas con los impuestos. Es un detalle para llamar la atención a los ediles y preguntarles si de verdad están haciendo bien las cosas en sus municipios. ¿Algún candidato está dispuesto a dejarse de chorradas medioambientales, ya que la electricidad generada por la dinamo que no se consume, se pierde, y de paso promete una buena iluminación de las calles como Dios manda?
Otro tema espinoso es el de la inmigración, y el darles facilidades o ponerle impedimentos es la clave para que el municipio se siga llenado o vaciando de gentes que conllevan sus propio problemas. La actitud de un alcalde frente a esto, le define sobre si está por un bando o por el otro, es decir la actitud que beneficia a sus paisanos o la que beneficia a los extranjeros, siendo esa beneficiosa o perjudical para el conjunto del municipio, donde por ejemplo, peligra la plaza escolar o el puesto de trabajo del vecino. Incluso de ello puede depender que haya más o menos delincuencia. Pero lo malo es que en estas elecciones, por primera vez pueden votar algunos extranjeros, con lo que la importancia, los derechos legítimos y la influencia de los paisanos de nuestro propio país es cada vez menor, y a esto también los exponemos. Corremos muy serio riesgo de que los extranjeros se apoderen poco a poco de nuestro propio país, empezando por los municipios. Y por si con esto no hay bastante, se dan casos de municipios que según el color político del consistorio, con su política municipal favorecen en primer lugar a aquellos barrios compuestos por una mayoría de vecinos del mismo color político, o en las zonas donde viven los ediles que forman parte del gobierno municipal, marginando al resto de barrios. Con la inclusión de grupos extranjeros en las listas electorales, la cosa se complica aún más.
Habría que poner coto a los despilfarros en servicios que endeudan a los ayuntamientos: por ejemplo, las bibliotecas empiezan a ser algo inútil en la actual época de internet. En mi municipio, de unos 4 mil y pico habitantes, el ayuntamiento está construyendo una biblioteca de 9 millones de euros, que no va a servir de nada, salvo para la creación de inútiles enchufados que vivan de ese nuevo monumento municipal, y que se convertirá en un impuesto fijo para todo el pueblo. Un buen alcalde sabría tener visión de futuro, para saber que ciertos servicios no sirven, y que de locales municipales se puede hacer un uso polivalente para todas las necesidades de municipio. Por ejemplo, un servicio gratuito de wifi por internet que cubra todo el municipio, sería más beneficioso y más barato que mantener que una biblioteca con las arcas municipales que cada día menos gente usa. ¿Algún candidato promete acabar con el despilfarro y la inutilidad de algunos servicios?
Esta es pues, una presentación resumida del panorama de las municipales 2011, y del cual muy pocos candidatos veremos que ofrezcan soluciones creíbles, y que se comprometan a rebajar impuestos, por ejemplo. Y aunque se pretenda que esas elecciones sean un plebiscito a la política del presidente Zapatero, y con él la marca PSOE, para darle un voto de castigo debido a su desastrosa política que ha llevado más paro y pobreza a todo el país, en las municipales se suele fijarse más en el candidato, en el paisano, en el vecino, más que no en el color o marca política. Se puede esperar, pues, cualquier cosa, y mientras no existan las listas abiertas, la política municipal seguirá siendo, para los ediles, un gran negocio que aprovechar, incluyendo a los ediles extranjeros que saldrán elegidos por primera vez en estas elecciones municipales’2011.
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